DÍA 4. 25 DE SEPTIEMBRE. A MONTE VERDE
Otra vez madrugón hoy, 6.30. Ya estamos hechos al horario y no hace falta despertador. Desayunamos en el restaurante con unas vistas magníficas y a las 9 salimos en coche rumbo a norte, a lo que se conoce como Monte Verde, en el pueblo de Santa Elena. Durante más de la mitad del camino cogemos la carretera por la que fuimos, aunque se agradece ir de día.
Hay menos tráfico, y a los 100 kilómetros o así paramos en el famoso río Tárcoles, a ver a los cocodrilos desde el puente. Nos dice la gente de por allí que hay menos de lo normal, y que puede deberse al clima. Un poco más adelante paramos a repostar gasolina (sobre 1 euro el litro más o menos), tomamos algo, descansamos la espalda, y seguimos la ruta-
Los siguientes 60 kilómetros no están mal, pero los últimos 20 son un infierno. En segunda, lleno de piedras, baches... tardamos casi 50 minutos, pero es que la carretera es lamentable y el coche, un 4x4 Dahiatsu Terios, no tira demasiado..Tras algo más de 4 horas llegamos al hotel Mar Inn, donde nos tratan de maravilla. El hotel es de madera, y las habitaciones parecen cabañas de madera.Nos recuerda a ciertas zonas del sur de Argentina. Cae un tormentón de miedo, esperamos un poco y nos vamos a recorrer el pueblo.
Entre otras cosas cambiamos dinero en el banco (curioso, la entrada es individual, se abre una puerta y hasta que no se cierra no se abre la siguiente, y tienen detector de metales).Comemos una tabla de queso muy buena, una ensalada flojillas, y un postre muy rico.
El tiempo aquí es mucho más frío que en Manuel Antonio, y por la noche pide jersey. Es un sitio curioso, donde los perros siguen a los turistas.Nos dicen que es porque muchas veces les dan comida. Seguramente sea así. Probamos en la cena la tilapia, un pez que debe ser barato pero está rico. Y a dormir que para mañana hemos contatado el canopy. Arenalina pura.
Otra vez madrugón hoy, 6.30. Ya estamos hechos al horario y no hace falta despertador. Desayunamos en el restaurante con unas vistas magníficas y a las 9 salimos en coche rumbo a norte, a lo que se conoce como Monte Verde, en el pueblo de Santa Elena. Durante más de la mitad del camino cogemos la carretera por la que fuimos, aunque se agradece ir de día.
Hay menos tráfico, y a los 100 kilómetros o así paramos en el famoso río Tárcoles, a ver a los cocodrilos desde el puente. Nos dice la gente de por allí que hay menos de lo normal, y que puede deberse al clima. Un poco más adelante paramos a repostar gasolina (sobre 1 euro el litro más o menos), tomamos algo, descansamos la espalda, y seguimos la ruta-
Los siguientes 60 kilómetros no están mal, pero los últimos 20 son un infierno. En segunda, lleno de piedras, baches... tardamos casi 50 minutos, pero es que la carretera es lamentable y el coche, un 4x4 Dahiatsu Terios, no tira demasiado..Tras algo más de 4 horas llegamos al hotel Mar Inn, donde nos tratan de maravilla. El hotel es de madera, y las habitaciones parecen cabañas de madera.Nos recuerda a ciertas zonas del sur de Argentina. Cae un tormentón de miedo, esperamos un poco y nos vamos a recorrer el pueblo.
Entre otras cosas cambiamos dinero en el banco (curioso, la entrada es individual, se abre una puerta y hasta que no se cierra no se abre la siguiente, y tienen detector de metales).Comemos una tabla de queso muy buena, una ensalada flojillas, y un postre muy rico.
El tiempo aquí es mucho más frío que en Manuel Antonio, y por la noche pide jersey. Es un sitio curioso, donde los perros siguen a los turistas.Nos dicen que es porque muchas veces les dan comida. Seguramente sea así. Probamos en la cena la tilapia, un pez que debe ser barato pero está rico. Y a dormir que para mañana hemos contatado el canopy. Arenalina pura.
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