sábado, 24 de julio de 2010

ASIA 2010 (4º PRÓLOGO)

Bueno, recién aterrizado de Alemania, recuperado, y ya queda menos de un mes para partir otra vez, en esta ocasión hasta el Sudeste Asiático. ¡Qué ganas! Seguro que será un viaje inolvidable por el gran choque de culturas. Ya tenemos todo más o menos organizado, aunque nos quedan las vacunas por si acaso. Creo que no hay ninguna obligatoria que se salga de las habituales que ya tenemos puestas, pero por si las moscas, más vale prevenir. Como ya indicaba en la entrada anterior sobre Asia, el trayecto será Tailandia, Bali, Singapur, Malasia y, de nuevo, rumbo a Tailandia los últimos días, combinando un poco de playas paradisíacas con trekking por las montañas del norte.

La única pega que hemos tenido por ahora es el horario de un vuelo que nos han cambiado con Air Asia hasta Bangkok justo antes de coger el de regreso a España.Va a ser un poco molestia, porque llegábamos al aeropuerto 3 horas antes de coger el de vuelta a Europa, pero nos lo han cambiado por uno que sale 12 horas antes. Hay que arreglarlo como sea o buscar una solución para esas horas en Bangkok, quizá alquilar una habitación, que son baratas, cerca del aeropuerto para descansar... Estas son las cosas que tiene organizar un viaje por tu cuenta..., pero también es un poco de aventura. Seguiremos informando.

lunes, 19 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (10ª PARTE)

DÍA 10. DE MUNICH A CASA. DÍA 18 DE JULIO

Hoy es el último día que nos despertamos fuera de casa, pero nos llevamos un gran bagaje de lo vivido estos días y cerca de 1.500 fotos para revisar en casa. Nos levantamos para las 7.30 ya que tenemos que ducharnos, terminar las maletas y desayunar antes de coger primero el metro y luego el cercanías que nos llevará al aeropuerto. Se estima que se tarde unos 45 minutos, por lo que queremos llegar allí para las 9.30, buscar nuestro mostrado de facturación y estar tranquilos dos horas antes del vuelo, que sale a las 12.00.

Estimamos llegar a Barajas a las 15.00, recoger las maletas y comer, ya que a las 17.45 sale nuestro autobús a Logroño, que llegará sobre las 21.30. Para las 22.15 esperamos estar ya en casa, saludando a los nuestros y contando las anécdotas y justificando el porqué de esta barriga cervecera. Y es que, las Paulaner, HB, Franziskaner y compañía están muy buenas.



Después de todos estos días por Alemania, una de las pocas incógnitas que me queda por resolver es la de saber quién es el pedazo de cab... que se queda con un cigarrillo de cada paquete de tabaco. Porque aquí sólo vienen 19, como se ve en la foto…

sábado, 17 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (9ª PARTE)

DÍA 9. MUNICH (ALEMANIA). DÍA 17 DE JULIO

Hoy es sábado y amanecemos con un poco de reseco, más que resaca, ya que tampoco nos pasamos con las cervezas, no nos dio tiempo. Decidimos seguir viendo Munich viendo el fracaso de la operación juerga del día anterior y cogemos el billete de metro para la zona centro de la ciudad (9,40 euros todo el día para los tres). La parada nos deja justo en la puerta del Museo de la BMW. Sólo el edificio, supermoderno, ya merece la pena, pero es que además hay muchísimos coches deportivos, todoterrenos, motos, juegos interactivos…, merece la pena la visita, sobre todo si te gustan los coches. Otro dato a favor es que la entrada es gratuita.



Justo la lado está el parque olímpico, y aprovechamos para ver alguna de las instalaciones Lo que más llama la atención es el lago y, sobre todo, el estadio olímpico, que estaba lleno de gente por alguna reunión religiosa de Jehova. De allí volvemos a comer al hotel y por la tarde volvemos al centro para hacer las últimas compras. Resulta que en la Marienplatz se está celebrando la fiesta del Orgullo gay, y eso, sumado a que es sábado por la tarde, hace que el centro de la ciudad esté abarrotado de familias y también de mucha gente disfrazada para la fiesta. Es curioso el ambiente vespertino, mucho más que cualquier noche de las que nos ha tocado pasar por aquí.



Para las 18.00 horas se pone a llover a cántaros, así que justo nos da tiempo de ver por fuera la residenze y el Viktualienmarkt, que a pesar de la lluvia presenta un ambiente interesante. Mientras se venden frutas, verduras o quesos, la gente se reúne en las mesas para comer y beber, algo que aquí les encanta también.

Entre la lluvia, el cansancio que llevamos acumulado de estos nueve días de paseos y que mañana hay que madrugar, optamos por recoger los bártulos y descansar en el hotel las últimas horas antes de nuestra marcha. Estimamos que en estos días nos hemos gastado cada uno unos 700 euros, vuelos aparte, lo que no es mucho teniendo en cuenta que se incluye dormir, comer, beber, transporte, entradas a los sitios turísticos…y, sobre todo, que países como Austria o Alemania tienen precios algo superiores a los de España.

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (8ª PARTE)

DÍA 8. MUNICH (ALEMANIA). DÍA 16 DE JULIO

Tanta caminata tenía que acabar por pasarnos factura, y a mí ya me ha salido una ampolla en el dedo meñique del pie derecho que no sabes qué es el dedo y qué la ampolla. Problemas al margen, hoy el día ha empezado para las 8.00, ya que aquí amanece tempranísimo y no hay quien frene la luz solar en el hotel.

Nos duchamos, desayunamos y recogemos la habitación, ya que en teoría nos deberían de cambiar, al tener para las dos últimas noches una doble con cama supletoria. Sin embargo, en recepción nos dicen que sigamos en la misma, en la quinta planta, y nosotros encantados, aunque tenemos que volver a soltar el equipaje.

Para hoy tenemos un guión de visitas muy grande que al final, como siempre, no podemos cumplir. En la estación compramos el billete para varias zonas de Munich. Vale 12,30 euros para los tres y puedes hacer todos los viajes que quieras ese día dentro de esas zonas, casi toda la ciudad. Nuestro destino es el campo de concentración de Dachau. Enseguida llegamos con el metro a la estación central, y de ahí tomamos un tren de cercanías que nos deja en la población de Dachau. Justo al salir hay autobuses de línea que te llevan a las instalaciones que se hicieron célebres por los tristes acontecimientos que ocurrieron allí durante el nazismo y hasta la II Guerra Mundial.


La entrada al campo es gratuita, aunque la audioguía en castellano vale 3,5 euros y hay que dejar un depósito cada uno de 10 euros. La verdad es que del Dachau original, en el que se basaron después muchos otros campos de concentración, queda ya poco, y mucho de lo que hay se ha reconstruido. Aun así, resulta aterrador lo que se ve, lo que se oye y lo que se intuye que ocurrió allí. Hoy en día puede verse una reproducción de los barracones, las cámaras de gas, las verjas, las torres de vigilancia…, y hay un museo muy completo, así como edificios y esculturas en homenaje a los fallecidos. Lástima que hiciese tanto calor para haber disfrutado un poco más de la visita.

Salimos de Dachau un poco fundidos físicamente, así que antes de volver para la ciudad paramos a comer en el McDonalds de la estación de trenes. La siguiente parada, por cercanías, es el palacio de Nymphenburg. Lo peor es que el tren nos deja a dos kilómetros de distancia que hay que cubrir a pie. Vemos los edificios, los jardines, los numerosos lagos…, no está mal, aunque el cansancio nos impide disfrutarlo más.

Teníamos en mente visitar otras zonas de la ciudad como la zona olímpica, el Viktualienmarkt o el Museo de la BMW, pero son casi las cinco de la tarde y los tres optamos por ir al hotel a descansar y prepararnos para salir de marcha, por lo que mañana no estaremos para ver muchas cosas. Para otra vez será, sobre todo si coincide en invierno y no hace este sofocante calor…


En estos días hemos tenido tiempo de comprobar que el tabaco en Alemania es aún más caro que en España (vale 4,70 el Lucky) y que en Austria (3,80), que esto, como casi todas las ciudades del mundo, está lleno de japoneses y que los alemanes, por norma general, están en buena forma, seguramente porque hay pasión por la bicicleta. Muchísima gente se mueve en bici por la ciudad, casi como en España…, además, tienen facilidades porque hay carril-bici por todos los sitios, y si no te das cuenta pueden atropellarte con facilidad, porque van muy rápido.

También sabemos por qué Munich es tan grande, y es que entre jardines y que los bloques de pisos tienen como mucho cuatro alturas, tiene que ser extenso por narices. Además, la gran mayoría vive en unifamiliares. Otra cosa que sorprende es la gran variedad de culturas que confluyen aquí. Es como una especie de pequeña Torre de Babel.

A eso de las 9 de la noche, ya bien preparados, volvemos a coger el metro para ir al centro. Decidimos volver a la Hofbrauhaus. La verdad es que el ambiente es espectacular, con música bávara en directo, muchísima gente cantando y brindando con cervezas de litro… sin embargo, pienso que en verano no es el mejor momento para ir allí, porque el calor es insoportable. Nada más sentarte ya empiezas a sudar, y cuando te pegas un par de tragos y le metes mano a la carne, entonces ya parece una sauna.

Después de cenar estuvimos preguntando por zonas de marcha, y nadie nos sabía explicar muy bien. Por eso, decidimos tomar otra cerveza en una terraza de la Marienplatz. Craso error, 28 euros tres cervezas. Grandes, sí, pero vamos… de repente empieza a llover y la verdad es que se agradece. Al final encontramos la zona de marcha y entramos a un garito aconsejados por unas jóvenes lugareñas. Pagamos diez euros y nada más entrar nos damos cuenta de que nos hemos equivocado. Sólo hay cuatro friáis en la pista, y ni siquiera hay consumición. Muy pronto nos cansamos y abortamos la operación salir de marcha. Eso sí, tardamos casi una hora en volver a casa ya que la frecuencia del metro queda reducida bastante por la noche. Al menos mañana tendremos tiempo de seguir viendo cosas.


ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (7ª PARTE)

DIA 7. MUNICH (ALEMANIA). 15 DE JULIO

Amanecemos de nuevo en Salzburgo, aunque nos queda poco tiempo en la ciudad. El suficiente como para hacer las maletas, llenar la barriga en el restaurante con buffet del hotel y coger el autobús hasta la estación de trenes. La verdad es que el transporte urbano (y casi siempre el interurbano) funciona de maravilla tanto en Salzburgo como en Munich. Hay un montón de líneas para poder llegar a cualquier sitio y es sencíllísimo con un simple mapa. 

A lo que íbamos. Nada más coger el bayernticket en Salzburgo (28 euros y nos dicen que vale para ir hasta Munich en tren regional) volvemos a quedarnos a las puertas de montarnos. Al menos no hace tanto calor como en los días anteriores, y eso se agradece mientras esperamos en la estación.

Con unos diez minutos de retraso arranca, a las 12.20, nuestro tren, que de nuevo es de los antiguos, nada que ver con el que nos llevó a la ciudad austriaca hace dos días. El viaje es un poco aburrido, a pesar de que son poco más de dos horas, pero es que estamos ya un poco cansados de andar de un sitio para otro. Quizá para un viaje de estas características sea mucho más cómodo alquilar un coche, aunque también es cierto que sale bastante más caro. Lo bueno es que al ser distancias cortas te mueves enseguida en coche y tienes más libertad para hacer alguna excursión que se nos ha quedado pendiente.

Al llegar a la Hauptbahnhof (estación) de Munich, ya nos sabemos el camino hasta el hotel. Un transbordo en el metro, y de nuevo estamos en el Leonardo Hotel, no muy lejos (cuatro paradas) del corazón de la ciudad, la Marienplatz. Esta vez tenemos reservada una habitación triple superior, y la verdad es que es el doble que la que nos dieron el primer día, doble con supletoria (y total vale 16 euros más). Lo bueno de este hotel es que cada habitación tiene una pequeña cocina vitrocerámica con microondas y frigorífico, por lo que te puedes hacer la comida ahí. Eso hacemos, la comida y la cena, y por 40 euros tenemos lista la compra, incluido el desayuno del día siguiente.

La pena es que para cuando comemos ya son las cinco, y hay pocas cosas que no cierran para esa hora en la ciudad. Decidimos ir a la otra punta de Munich a ver el campo de fútbol tanto del Bayer como del Munich 1860. La verdad es que por fuera impresiona bastante su diseño. Nos acercamos, nos adentramos en los pasillos pero no dejan acceder al campo porque es tarde. Aun así, vemos el césped a unos metros, las tiendas oficiales, fotos históricas de los jugadores…, no está nada mal. La pena es que nos quedaremos sin los detalles, pero tampoco creo que nos perdamos gran cosa. En lo que más se diferencia de otros estadios en el exterior, que se pone de color rojo, azul o blanco según quién sea el equipo que juega como local.



Tras llegar del estadio nos preparamos la cena, nuevamente acompañada de cerveza, y decidimos dar una vuelta por el centro ya de noche. Refresca y se agradece. Además, se ve que esto tiene bastante más vida nocturna que otros sitios que hemos visitado. Para las doce de la noche ya estamos de nuevo en el hotel. Tenemos los pies hechos polvo de tanta caminata y mañana queremos aprovechar bien el día para ver todo lo que nos queda de Munich y salir un poco por la noche. El sábado veremos cómo estamos, ya que el domingo temprano salimos para el aeropuerto.

miércoles, 14 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (6ª PARTE)

DÍA 6. SALZBURGO (AUSTRIA). DÍA 14 DE JULIO

Hoy, de nuevo, empezamos el día tarde, sobre las 10.00, y porque el desayuno lo sirven hasta las 10.30, que si no... Aun así, no ha sido una noche fácil para mí. A las 5 de la mañana me he despertado lleno de picaduras de mosquito gigantes. No podía parar en la cama, tenía los brazos y el cuello con unas picaduras tamaño XXL. Luego he vuelto a conciliar el sueño y porque ha sonado el despertador...

Nada más desayunar un buffet algo limitado nos echamos a patear la calle, aunque con pocas ganas porque para las 11.00 ya marcan los termómetros 30 grados. Más vale que es Austria y que esperábamos un poco de fresco, que si no… Lo primero cogemos el bus para pasar al otro lado del río y visitar el Palacio de Mirabell y sus vistosos jardines. Después, regresando al centro histórico, vemos la iglesia de San Andrés y regresamos a la calle de las compras, en la que nació Wolfgang Amadeus Mozart.

También vemos la iglesia franciscana, la abadía de San Pedro, con sus impresionantes catacumbas y su cementerio, y la Residenze de los antiguos príncipes-arzobispos por dentro, ya que ayer estaba cerrada cuando llegamos. Ellos eran quienes gobernaron la ciudad hasta hace algo más de un siglo. Nuevamente, no tenemos nada que abonar gracias a la Salzburg Card, ni tampoco el autobús (y más vale, porque nada más subirnos llegó el revisor, que te clava 65 euros de multa por ir sin billete).


Son ya cerca de las tres de la tarde y estamos reventados por el calor, así que decidimos comernos unos bocatas de gambas, huevo duro y lechuga, y unas cervezas para acompañarlos. Estamos con el mono de helado, así que vamos a una heladería y damos cuenta de unos sabrosos bananasplit y otra copa de tiramisú antes de volvernos al hotel pasando por la plaza de los caballos, en homenaje a Von Karajan, y la puerta de Segismund. Esta vez pillamos abierto el Spar, así que compramos la cena y unas cuantas cervezas para la noche que dejamos refrescando en el lavabo mientras corre el agua del grifo. Y es que el calor es horrible, y se ve que aquí todavía no han descubierto el aire acondicionado. A todo lo que puedes aspirar en el hotel es a un ventilador cuyo aire te llega cada siete u ocho segundos. A las seis intentamos echarnos una siestilla antes de dar otra vuelta por la noche para comprar algún recuerdo.

Aquí lo que más se estila son unos bombones y chocolates con la cara de Mozart. Hay de todos los tamaños y precios y, sin probarlos, parece que el ingrediente estrella es el pistacho en vez de una almendra o una avellana.

Por la noche, después de cenar, damos una vueltilla por la ciudad, que tiene menos marcha que Pamplona a finales de julio. Tampoco nos importa, mañana cogemos el tren de regreso a Munich, última parada del viaje, y nos viene bien dormirnos pronto (siempre que el insoportables calor nos lo permita).

martes, 13 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (5ª PARTE)

DÍA 5. SALZBURGO (AUSTRIA) 13 DE JULIO.

Hoy nos hemos levantado tarde, casi a las 10.00 horas, ya que no tenemos demasiada prisa para coger el tren de ida a Salzburgo. Hemos vuelto a desayunar en la habitación, ya que para eso compramos ayer leche, cola-cao que traíamos de Munich, un bizcocho de chocolate que estaba cojonudo y un batido de plátano un poco raro. Para las 10.30 ya estábamos de camino y hemos parado a ver la torre de Innsbruck, aunque al final sólo he subido yo (3 euros y 148 escaleras) con la promesa de hacer muchas fotos para ver luego las vistas de la ciudad.

Aunque en principio íbamos a coger el tren de las 12.09, íbamos con mucha antelación y hemos optado por coger el de las 11.06, pero la máquina para sacar los billetes (al final 30 euros por barba) no cogía tarjetas de crédito y había que meter todo el dinero en el billete exacto que te mandaba. Un poco rollo. El caso es que hemos llegado al andén 1 segundo antes de que arrancase, y nos hemos tenido que quedar a esperar al siguiente. Eso sí, este iba directo, que es más caro, aunque el revisor ha hecho la vista gorda, se ha fiado de nuestras caras de buenas personas. El tren era una delicia para los que hemos usado hasta ahora: aire acondicionado, mesa, amplitud para todo, gps indicando por dónde íbamos en cada momento, la velocidad del tren…

En menos de dos horas estábamos en Salzburgo. Nuestro hotel, el Astoria, está alejado de la estación de trenes, así que decidimos comprar una guía de la ciudad para enterarnos bien de todo y la famosa Salzburg Card (33 euros por cabeza para los dos días). Esa tarjeta te permite usar el transporte público y ver muchísimos monumentos. En otros tiene descuento. Si la aprovechas está claro que sale rentable. Así pues, cogemos un autobús que nos deja a la puerta del hotel, nos pegamos una ducha y decidimos ir a ver Salzburgo. Lo que hemos visto desde el bus la verdad es que impresiona.


Estamos a unos 15 minutos del centro y, como nos morimos de hambre, a las 5 paramos. Tomamos un par de ensaladas, espaguetis y un escalope, además de dos cervezas considerables cada uno, por 54 euros. Después visitamos la casa donde nació Mozart (simple reclamo turístico con poco que ver), la residenze por fuera, la catedral (entrada gratuita e impresiona su cripta y su decoración) y subimos en funicular hasta la fortaleza, desde la que se divisa toda la ciudad. Tiene unas vistas espectaculares, pero lo que es la fortaleza, al menos por fuera, no tiene mucho.
Bajamos, nos tomamos unas cervezas en una terraza junto a la plaza de Mozart y volvemos al hotel y a buscar un supermercado para comprar la cena. Estaban todos cerrados, ya que aquí para las 19.00 horas no hay nada abierto. Al menos encontramos una especie de supermercado turco que nos salva la vida y vamos al hotel a cenar. Nuevamente estamos reventados, seguramente sea por el calor, que aprieta por esta zona de Europa casi tanto como en España durante el verano. Ni que decir tiene que por aquí todo tiene algo que ver con Mozart: la casa donde nació, donde vivió, su plaza, bombones con su cara…era un genio, y de sus genialidades vive media ciudad hoy en día.

Eso sí, también hay que destacar la arquitectura de Salzburgo, llama mucho la atención, y los túneles que atraviesan una roca impresionante sobre la que se asienta la fortaleza. Dos de sus extremos para el paso de coches, -hay varios túneles pequeños para peatones y muy fresquitos-, tienen una decoración espectacular.

lunes, 12 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (4ª PARTE)

DÍA 4. INNSBRUCK (AUSTRIA). 12 DE JULIO

Hoy se nos han pegado un poco las sábanas, ya que la celebración se alargó un poco pero para las 11.30 ya estábamos dando una vuelta por la ciudad, comiendo algo en el Mc Donalds, donde nos conectamos a Internet gratis, y comprando algún regalo. Hace mucho calor, aunque ayer también, pero durante el partido cayó el diluvio universal, más vale que estábamos a cubierto. Después del paseo hemos vuelto al hotel a descansar un poco, y ahora vamos a seguir viendo Innsbruck, que está llena de turistas.


Como veis, hoy hemos aprovechado el día más que todo para descansar, aunque también hemos hecho un par de largos paseos por la ciudad, viendo la famosa tirolina, el Arco del Triunfo y varias de las iglesias que hay por aquí. En sí, no se puede decir que Innsbrück tenga grandes joyas, pero es un lugar muy acogedor e ideal para conocer en un par de días por su tranquilidad.

Lo más bonito, sin duda, son las elevadísimas montañas de los Alpes que lo rodean, alguna cubiertas de nieve a pesar de ser julio, y el contraste con la ciudad, el río, el casco histórico lleno de colorines… También hemos visto a gente con los típicos trajes regionales: pantalón marrón corto con tirantes, camisa blanca y gorro. Es muy curioso, aunque son muy caros. En las tiendas los venden por unos 500 euros todo, o incluso más. Vamos, que no es para todos los días, aunque hay quien lo viste cualquier día.

Otra curiosidad, aunque un poco peligrosa, son los pasos de cebra, que duran en verde el tiempo justo que tardas en llegar a la mitad de la calzada. Eso, sumado a las cientos de bicis que circulan por la ciudad, obliga al peatón a estar siempre ojo avizor. También con las palomas y sus problemas duodenales, ya que tienen fijación con el I-Touch, como pudo comprobar mi hermano.

Hoy hemos decidido cenar en el hotel unos sandwichs que nos hemos hecho con lo que hemos comprado en el supermercado, ya que por la tarde, además de visitar algunos puntos concretos, hemos aprovechado también para comprar algún souvenir.


Antes de irnos a la cama nos hemos cerciorado de los horarios de trenes, ya que mañana nos vamos para Salzburgo. Hay varios y casi todos son directos. Como queremos descansar bien y ver por la mañana el Palacio Imperial y la catedral de Innsbruck lo más seguro es que cojamos el que sale a las 12.06. La faena de estos trenes es que son un poco caros: 40 euros el trayecto por barba, y eso que son poco más de cien kilómetros. La parte positiva es que en menos de dos horas estaremos en la ciudad de Mozart, penúltima parada del viaje. Allí estaremos dos días, para el jueves regresar a Munich.

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (3ª PARTE)

DÍA 3. INNSBRUCK (AUSTRIA). 11 DE JULIO

Por fin ayer, domingo, tomamos tierra austriaca. De nuevo madrugamos para coger el tren con la suerte de que la señora que nos alquiló el apartamento en Schwangau se ofreció a llevarnos en coche hasta la estación de trenes. Eso sí, el viaje de Füssen a Innsbruck fue una auténtica odisea. No hay conexión directa, por lo que tuvimos que regresar a Munich y de allí ir a la capital tirolesa. Fue un viaje agotador de más de 5 horas, ya que de Munich a Innsbruck, por mejoras en la vía, tuvimos que hacer un transbordo para coger un bus y luego otro tren. Por cierto que pensábamos que valía el bayernticket, pero cuando vino el revisor en Austria nos echó la bronca y nos cobró otros siete euros por barba ("Esto no es Baviera, es Austria", decía).


Ya en Innsbruck nos costó un ratillo encontrar el hotel, que es grande pero viejo y un tanto descuidado, como creo que son todos por aquí, muy coloridos pero vetustos. Hasta las 5 no comimos, teníamos un hambre brutal y nos metimos unos trozos gigantes de pizza y más cerveza para calentarnos para el gran partido: la final del Mundial, España-Holanda.

Vimos el centro histórico, que es muy chulo, el tejadillo de oro, la banda de música vestida como duendes y así matamos la tarde hasta que sobre las 8.00 nos dirigimos a una fan zone (mirar la foto) que habían preparado para seguir el partido. Aunque Austria no jugaba, todo el mundo animaba o a España o a Holanda, todos con las caras pintadas, banderas, camisetas, increíble..., un ambiente espectacular viendo la juerga que hay por aquí.

Allí sufrimos animando a La Roja mientras nos íbamos tostando un poco a base de cervezas, y cuando Iniesta metió el gol la gente se quedó flipada con nuestros saltos, abrazos, paseíllos por medio de la pantalla. Había que celebrarlo como la ocasión lo merecía, por fin España campeona del Mundo y con todo el merecimiento ( y pesar del arbitrucho ese inglés, el tal Webb).


La gente nos felicitaba, e íbamos por la calle haciendo amigos de todas las nacionalidades, incluso holandeses, y ni que decir tiene que la noche se alargó un poco a pesar de que aquí juerga de bares, lo que se dice juerga de bares, no hay nada. Para las 2 ya habían cerrado todos los garitos, aunque tampoco nos importó mucho. Estábamos muy emocionados como para irnos tan pronto a la cama y terminamos la fiesta en casa de unos chicos que habíamos conocido a base de ron.

domingo, 11 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (2ª PARTE)

DÍA 2. SCHWANGAU (ALEMANIA). 10 DE JULIO

Hoy es nuestro segundo día en Alemania. Para las 8.00 ya estábamos arriba (es lo que tiene que las habitaciones de los hoteles no tengan persianas) y después de comprar el desayuno en el supermercado de enfrente, hemos regresado al metro para llegar a la estación de trenes. Allí hemos tomado el que nos lleva a Füssen a las 11.00 después de esperar durante media hora.

Hemos cogido el bayernticket, que cuesta 28 euros y lo pueden usar hasta cinco personas para utilizar casi todo el transporte público de la región. El viaje ha sido de dos horas, pero pesadito por las continuas paradas casi en cada pueblo.

A la 1.00 de la tarde hemos llegado a nuestro destino, desde allí hemos cogido un bus (también se incluye en el precio de el bayernticket) y en cinco minutos estábamos en Schwangau, a los pies del espectacular castillo de Neuschwanstein, mandando construir por el rey Luis II de Baviera, conocido como el rey loco, en la segunda mitad del siglo XIX. Este castillo, espectacular por dentro y espectacular por fuera, dicen que es el que inspiró a Walt Disney para su famoso castillo que da imagen al mundo de Disney. Teníamos las entradas reservadas (9 euros) así que el menos no hemos tenido que hacer cola.

Eso sí, el calor ha sido sofocante, y ahora había que subir hasta el castillo. Se puede hacer en carreta de caballos, en autobús casi hasta la cima o a pata. Nosotros hemos optado por esta opción. A las 14.45 teníamos el pase al castillo con audioguía en castellano. La verdad es que no enseñan mucho, pero tiene unos salones y unos murales espectaculares. En media hora ya estamos fuera, pero decidimos caminar unos 15 minutos más antes de bajar para tomar la típica foto del castillo desde un puente que hay en las cercanías,



A mitad de la bajada paramos a comer. Son las 16.30 y ya estamos hambrientos, como es lógico. Comemos algo rápido, más salchichas, pechuga de pollo y unas ensaladas que saben un poco raras con coliflor. De postre un heladito para hacer más suave la bajada. Abajo, en el punto de información, recogemos las maletas que amablemente nos habían guardado y cogemos otro bus gratuito con el bayernticket hasta el hotel, que está a apenas 5 minutos, en las afueras del casco urbano de Schwangau. Enseguida encontramos el apartamento, Casa Patrizia.

Es la última planta de una casa muy grande con cocina, baño, una habitación, terraza y un gran cuarto de estar. Además, el trato es muy amable y hay wi-fi gratis. Así que decidimos ir a un supermercado cercano para comprar la cena (salchichas y pasta con nata, champiñones y gambas) y el desayuno del día siguiente. Cenamos viendo el partido por el tercer puesto del Mundial, Alemania-Uruguay, y a la cama sobre la 1.00 a recoger fuerzas para mañana, que llegamos a Innsbruck.

El problema es que hoy mismo nos hemos dado cuenta de que para ir de Füssen a Innsbruck (capital del Tirol austriaco) hay que pegarse un palizón de viaje, y eso que por carretera son 115 kilómetros. La mejor opción que hemos encontrado es volver a Munich y allí hacer transbordo y coger otro tren directo a Innsbruck. El precio es también de 28 euros (el bayernticket vale para este viaje a Austria), pero nos va a costar unas 4 horas y media. Inexplicable, pero cierto. Mañana veremos a ver cómo lo hacemos.

sábado, 10 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (1ª PARTE)

DÍA 1. MUNICH (ALEMANIA). 9 DE JULIO.

Como lo prometido es deuda, aquí empieza nuestro diario de diez días por Alemania y Austria. El presupuesto de este viaje ronda los 700 euros (más 150 el vuelo), así que es una buena opción para quien quiera pegarse unas buenas vacaciones a un precio no desorbitado. Ayer, día 9, cogimos el autobús en Logroño a la 1.30 de la madrugada para llegar hasta la T4 del aeropuerto de Barajas sobre las 6. El viaje fue cómodo porque el bus iba medio vacío, y pudimos dar una cabezadilla. Además, el precio de la ida y la vuelta apenas llega a 43 euros, y te deja en la puerta de la terminal, a diferencia del tren.



A las 8.55 cogimos el avión a Munich Richard y yo, porque Land venía en otro 3 horas después. El vuelo fue corto (2 horas y 20) pero el avión de Iberia era enano, no me entraban las piernas por ningún lado. Cuando llegamos al aeropuerto de Munich empezamos a investigar cómo funciona el transporte público para cuando llegase Land y comimos nuestras primeras salchichas (una normal y otra blanca), y, cómo no, la primera cerveza. Todo por 8 euros.

Para las 15.15 ya estábamos todos reunidos de nuevo. Compramos un ticket para ir a la ciudad y coger los metros y trenes interiores (19 euros los tres) y con él fuimos hasta el hotel tras dos transbordos. Nos dejó a apenas 50 metros del Hotel Leonardo, que está bien, aunque con el calor que hace por aquí la habitación se nos quedaba pequeña para las tres.

Tras la oportuna ducha, por fin, cogimos de nuevo el metro y el tren para ir al corazón de Munich, la Marienplatz. Vimos un poquillo la plaza, dimos una vuelta y fuimos a cenar a la famosa fábrica de cerveza que se llama Hofbräuhaus (la foto de arriba). Estábamos muertos de hambre, y más tras tomarnos unas birras por 4,50 cada uno en una terraza de las pocas que hay en la Marienplatz.



Allí nos sentamos en una mesa de las muchísimas que hay. Mientras esperábamos la cena, nos sacaron a cada uno otra cerveza de un litro cada uno (6,90 cada una). Cuando nos sacaron el codillo con patatas (estaba cojonudo, mucho mejor que el gorrín) ya estábamos un poco trompetillas y salimos de allí para las nueve de la noche casi viendo doble. Nos comimos un helado y nos volvimos para el hotel, que estábamos muertos tras apenas dormir en toda la noche anterior. Además, había que madrugar al día siguiente. Argumentos de sobra para irnos a la cama con prontitud, sobre las 23.00 horas. Esta vez me tocó a mí dormir en el sofá-cama de la habitación triple, esperemos que vaya rotando.