DÍA 2. 23 DE SEPTIEMBRE. MANUEL ANTONIO
Nos despertamos, por inercia, a las 5.30 de la madrugada, la tónica durante todo el viaje. Y es que hay bastante luz. Desayunamos un desayuno americano, con fruta, café, mermelada, huevos... y nos vamos para el parque. La entrada son 16 dólares por persona y el guía, otros 20 por cabeza, pero merece la pena, ya que ellos son expertos en detectar a los animales en los árboles y plantas.
Vemos tucanes, perezosos, ranas, mapaches o monos. Tanto los mapaches como los monos detectan la comida al vuelo y acosan a los turistas, e incluso enredan las mochilas y sueltan bolsas de comida colgadas de las ramas. Están muy acostumbrados a robar la comida. Dentro del parque hay playas
muy chulas y tranquilas para bañarse, y hacemos varios senderos.
La humead es terrible y sudas y sudas sin parar. Tras tres horas volvemos al hotel, comemos en un sitio cercano y nos damos un baño en la piscina antes de ir a cenar. Para las 6 de la tarde ya es de noche, así que se cena pronto. Para mañana, y gracias a la intermediación de un amigo de allí, tenemos un paseo en caballo de tres horas en un pueblo cercano que se llama Londres, para los dos solos con el guía.
Nos despertamos, por inercia, a las 5.30 de la madrugada, la tónica durante todo el viaje. Y es que hay bastante luz. Desayunamos un desayuno americano, con fruta, café, mermelada, huevos... y nos vamos para el parque. La entrada son 16 dólares por persona y el guía, otros 20 por cabeza, pero merece la pena, ya que ellos son expertos en detectar a los animales en los árboles y plantas.
Vemos tucanes, perezosos, ranas, mapaches o monos. Tanto los mapaches como los monos detectan la comida al vuelo y acosan a los turistas, e incluso enredan las mochilas y sueltan bolsas de comida colgadas de las ramas. Están muy acostumbrados a robar la comida. Dentro del parque hay playas
muy chulas y tranquilas para bañarse, y hacemos varios senderos.
La humead es terrible y sudas y sudas sin parar. Tras tres horas volvemos al hotel, comemos en un sitio cercano y nos damos un baño en la piscina antes de ir a cenar. Para las 6 de la tarde ya es de noche, así que se cena pronto. Para mañana, y gracias a la intermediación de un amigo de allí, tenemos un paseo en caballo de tres horas en un pueblo cercano que se llama Londres, para los dos solos con el guía.
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