lunes, 22 de septiembre de 2014

INDIA, NEPAL, DUBAI Y MALDIVAS (21ª)

DÍA 21. 22 DE SEPTIEMBRE. MALDIVAS

Hoy es el primer día que se nos han pegado las sábanas en todo el viaje, bueno, más bien que nos ha dado pereza levantarnos, y es que a las 8 ha tocado diana. Había que prepararse y desayunar para salir a las 9.30 en excursión a una de las cientos de islas que hay por aquí, se llama Vaagali. Allí íbamos a pasar todo el día en una excursión a con picnic incluido.

A las 9.30 unas veinte personas, todos turistas, salíamos en dos barcas rumbo a la isla. Hemos tardado unos veinte minutos en llegar así que calculo que estará a unos 15-20 kilómetros de donde estamos, Maafushi. La isla es una preciosidad, con unas dimensiones de apenas 40 metros de achura por 200 de larga, limpísima, con agua clara, arena limpia y un montón de corales a pocos metros de la orilla. Hay alguna casa de madera por allí, por lo que suponemos que alguna familia la habita, pero vamos, se puede decir que es casi desierta. Lo que si tiene pinta es de que van a montar ahí un resort ocupando toda la isla porque estaban trabajando maderas y ya había alguna casa con pinta de futuro hotel.
Con esa agua es imposible no zambullirse de lleno. Además, en nuestro hotel nos han dejado prestadas alegas y gafas con tubo para hacer esnorkel, y es espectacular lo que hay bajo el agua a apenas quince metros de la orilla. Miles de peces de todos los colores: azules y amarillos, negros, transparentes, grises y verdes fósforitos..., vamos casi de cualquier color que te puedas imaginar.

Pero quizá lo más curioso es esos peces que tienen el color adecuado para camuflarse en el entorno y que es casi imposible de ver. Había unos que eran iguales que la arena del fondo, otros más igual que los corales..., y por supuesto había miles de corales. El tiempo se nos ha pasado volando buceando y observando la fauna submarina, una pasada.
Enseguida nos han llamado a comer, una comida suculentas a base de barbacoa de carne y pescado, ensalada, espaguetis, arroz, fruta..., muy rico todo. Y nada más acabar hemos vuelto a sumergirnos. En ese momento uno de los chicos que llevaba el barco nos ha llamado a todos para avisarnos de que veía delfines cerca y ha tenido el detalle incluso de montarnos y llevarnos donde estaban. Los hemos visto más cerca que el otro día, todo un lujo. Así que aunque la excursión tiene un precio de unos 50€ por persona con todo incluido, ha merecido muchísimo la pena.

No ha podido ser más completa, esnorkel, comida, una isla paradisíaca para muy poca gente y encima la oportunidad de ver delfines. Un diez. Pasadas las tres de la tarde hemos emprendido el camino a casa otra vez en la lancha rápida y después de cambiar nos y ver el espectacular atardecer mientras disfrutábamos de un batido de galletas Oreo, nos hemos ido a cenar a un restaurante que hay en la playa cercana.

Allí hemos podido probar también gambas y calamares pescados hoy, todo acompañado con un montón de cosas más. Una cena de lujo a tres metros de la orilla, escuchando el mar de fondo y rodeados de velas y antorchas. Ha sido un día perfecto, aunque ya es inevitable empezar a pensar en el final del viaje. Nos quedan dos días aquí, más bien día y medio, pero nos llevamos un grato recuerdo de todo lo que hemos podido ver y conocer en estas tres semanas largas que hace que salimos de casa. Todos los destinos son recomendables pero Maldivas deja en nuestras retinas imágenes que jamás podremos olvidar, además de gente muy amable tanto en el hotel como en las excursiones o en los restaurantes. 

No hay comentarios: