miércoles, 3 de septiembre de 2014

INDIA, NEPAL, DUBAI Y MALDIVAS (2ª)

DÍA 2. 3 DE SEPTIEMBRE. LLEGADA A DELHI

Al final el vuelo es algo más corto de lo que pensábamos, 3 horas y media. Tras ver una peli, echar una cabezada y poco más estamos ya aterrizando en India por fin, y qué ganas. El aeropuerto es bastante moderno y tras rellenar los dos papelitos de aduanas que nos han dado en el avión, pasamos el control de pasaportes. Los guardias son bastante serios, pero sin problemas. Cogemos las maletas y nada más salir ya tenemos a nuestro chofer esperando (nos cobra 240€ por una semana y lo contratamos desde casa).

Amablemente nos lleva hasta la furgoneta, una Toyota nueva con aire acondicionado para nosotros dos solos. Nos da agua, un regalo (libro de recetas indias) y nos colocan unos collares hechos con una flores, que resultan ser caléndulas. Empezamos a hablar de camino el aeropuerto, que son unos 40 minutos. India empieza a sorprender de primeras por su característico olor, su caos circulatorio... Pero es verdad que es bonito, grandes avenidas, mucha zona verde y gente amable.

Llegamos al hotel, hacemos el check in y le decimos al chofer que nos deje descansar un par de horas en el hotel y darnos una ducha antes de salir de turismo, estamos reventados. Caemos tan a gusto en la cama que casi se nos pasa la hora.... Del hotel, que está muy bien viendo lo que hay por ahí fuera, el City Star, nos lleva a ver el Fuerte Rojo. Pero como no dejan entrar en coche, contratamos por dos horas un ricksaw, es un tío en bici que te va llevando como en un carrito a golpe de pedal, todo un palizón para el hombre, que no deja de sudar. Nos cobra 2,5€-200 rupias por dos horas de viaje, aunque le damos una buena propina.


Al Fuerte Rojo cuesta entrar otras 250 rupias y la verdad es que por fuera es más bonito que por dentro, totalmente prescindible.  De allí vamos con el ricksaw por un espectacular mercado. Nos dice que esa es la verdadera India, muy caótica, mucha gente por la calle, venta de algodón, de pájaros... Pero muy curiosa de ver. La vuelta acaba en la gran mezquita, a la que no entramos.

Volvemos a encontrarnos con nuestro chofer y le decimos que queremos ir a comer algo de alguna cadena, aquí los olores son muy fuertes y no nos atrevemos de momento a probar nada. Nos lleva a la zona de Connaught place, arquitectura colonial británica muy bonita y tiendas de grandes cadenas, restaurantes.... Picamos algo y le decimos que no podemos más. Son las 4 de la tarde pero estamos reventados, así que volvemos al hotel. Mañana tendremos más ganas, de momento ya hemos tenido una primera toma de contacto con una país muy diferente donde los chicos van cogidos de la mano en plan amigos, donde se conduce por la izquierda, y donde salir vivo conduciendo es el pequeño milagro de todos los días. Otra cosa, la verdad que de momento hemos visto muy pocos turistas, y es que dicen que Delhi es apenas la puerta de entrada a India.


En este sentido, cabe resaltar la dificultad que entraña sacarse el visado para visitar este país. Aunque sea para viajar como turista, exigen muchísima documentación, y no digo nada si el turista trabaja en un medio de comunicación. El control del visitante es exhaustivo, y no entiendo bien por qué. Además, es carísimo, unos 90 euros incluida la tasa de mandarlo y recibirlo con Seur. Es un monopolio, ya que los visados los tramita una única empresa y a su vez, solo trabajan con una empresa de envío de paquetes. Vamos, que si quieres viajar a India tienes que pasar por el aro sí o sí. 

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