miércoles, 5 de octubre de 2011

ARGENTINA 2011 (18ª PARTE)

DÍA 18. 4 DE OCTUBRE. EL CALAFATE

El de hoy ha sido, sin duda, uno de los mejores días de todo el viaje, ya que una maravilla de la naturaleza como es el glaciar Perito Moreno es algo que no se puede describir con palabras, hay que verlo y sentir el estruendo de sus desprendimientos para vivir realmente lo que es. A las 6.30, un día más, ha sonado el despertador. Nos hemos arreglado y hemos ido al comedor a desayunar. Por cierto, que el buffet del Pota Sur es, seguramente, el mejor y más variado de todos los que nos hemos encontrado hasta ahora en esta ruta por Argentina.

Para las 7.30 ya estábamos esperando el autobús de la única empresa que tiene la concesión para explotar los trekkings por el glaciar, Hielo y Aventura. Nos hemos subido casi los primeros, y como hemos tenido que pasar a recoger gente por otros hoteles, nos ha costado casi dos horas llegar al Parque Nacional de los Glaciares, situado a 80 kilómetros de El Calafate. Eso sí, a 26 kilómetros del destino se ha subido un chico al bus y ha empezado a cobrarnos a todos los pasajeros la entrada al parque: 100 pesos los extranjeros y 40 los argentinos. A ver si en España empezamos a hacer lo mismo, que cuando sales fuera siempre discriminan al que no es de casa.
Nada más bajarnos del bus, un pequeño catamarán nos ha recogido en una de las orillas del Lago Argentino para desembarcar tras diez minutos junto a la cara sur del glaciar. Conforme íbamos avanzando se aparecía enfrente de nosotros esa maravilla que llamaron Perito Moreno en honor a Francisco Moreno, un argentino enamorado de la Patagonia y que hizo un montón de expediciones y de acciones en favor de su país.
Tras descendes, dejar el equipaje en un refugio y atravesar un pequeño bosque, los guías nos han colocado a todos un crampones artesanales, más fáciles de utilizar para neófitos que los que se venden en las tiendas de deporte. El minitrekking por encima del glaciar ha durado como un par de horas, aunque no es ninguna paliza física, ya que hay gente de todas las edades y vas parando continuamente para hacer fotos y que los guías te expliquen cómo se forma todo aquello. El glaciar este se mantiene estable en cuanto a masa, a diferencia de la mayoría, y se calcula que el hielo que se derrite hoy lleva ahí entre 300 y 400 años.

Es increíble ver el color del agua turquesa en las ranuras del glaciar, o las cuevas que forma esa enorme masa creada por la humedad una vez que supera Los Andes. Si bien es cierto que es una excursión cara, también es verdad que en ningún sitio en el mundo puedes caminar por encima de un glaciar y ver toda su belleza. Después de hacer cientos de fotos (unas 600 más o menos), nos han parado en un rincón del glaciar donde había una mesa. Allí nos han servido un whisky con hielo del glaciar y nos han dado un alfajores para saciar el hambre dando por finalizado el pequeño trekking.

Hemos regresado al refugio a comer, y a la hora ha venido a recogernos de nuevo el barco para llevarnos hasta la orilla, y de allí hasta las pasarelas desde las que se ven las tres caras al descubierto del glaciar, una enorme lengua de hielo. Sólo nos han dejado unos 50 minutos para verlo, pero es que ningún tiempo es suficiente para admirar el Perito Moreno, uno se cansa nunca. Y sobre todo cuando empiezan a caer trozos del glaciar al agua, ya que hacen un ruido enorme, como si fueran una explosión que te hacer sobrecogerte.

El regreso a El Calafate ha sido más corto, de hora y media. Al llegar al hotel nos hemos tomado un café, nos hemos dado una ducha y hemos ido a ver el Museo de la Municipalidad de El Calafate, donde una señora nos ha explicado amablemente, con fotos o animales disecados de la zona, la historia de este pueblo fundado a finales del siglo XIX y que en principio se llama Lago Argentino. Los españoles que llegaron a partir de 1913 compraron las tierras a los franceses, que llegaron antes, y le cambiaron el nombre por la gran cantidad de arbustos llamados así que dan una especie de bayas. La entrada es gratuita, pero le hemos dejado una pequeña propina por las molestias. Entre los animales había disecados pingüinos, pumas, gatos monteses, águilas enormes...
Después nos hemos ido a dar una vuelta por la ciudad, y nos hemos encontrado con los chicos de Valencia que conocimos en Buenos Aires. Hemos estado contando nuestras anécdotas, hemos conocido a otra pareja de Navarra y nos hemos ido a recoger el coche de alquiler que solictamos ayer. De allí, ya en nuestro Volkswagen Gol rojo, nos hemos ido a comer a La Marca, una parrillada libre bastante buena (tienen un cordero muy saboros) yque ha salido bien de precio. Para las once ya estábamos descansando, que mañana  las 7 hemos quedado para desayunar para ir a El Chaltén. Son como tres horas de viaje (220 kilómeros) para hacer un trekking por allá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Son impresionantes las fotos! Así que vivirlo ya tiene q ser la bomba!! :)
Un beso para todos!!
Ruth