miércoles, 12 de octubre de 2011

ARGENTINA 2011 (24ª PARTE)

DÍAS 24 Y 25. 10 Y 11 DE OCTUBRE. VUELTA A CASA

Después de una noche muy tranquila, en la que hemos dormido como marmotas a pesar de ser un bus, nos levantamos con el desayuno en la bandeja que nos trae el chico que se encarga del servicio. Son las 7.00 de la mañana y enseguida llegaremos a Córdoba, el punto de partida de esta aventura y también el final. Llegamos a la estación de autobuses y para hacer tiempo nos tomamos algo en la cafetería, aprovechando también para asearnos un poco.

Sobre las 9 (el vuelo sale en cinco horas), decidimos ir para el aeropuerto, ya que no nos queda nada que hacer y Córdoba lo conocemos ya del primer día. Vamos a montarnos en un taxi, pero nos dicen que no entramos los cuatro con el equipaje (muchos taxis llevan una bombona de gas en el maletero). Pasamos de pagar dos taxis (en la ida nos cobraron 88 pesos, así que serían 176) y preguntamos en información. Nos dicen que hay un bus, que va a Agua de Oro, por Río Ceballos, que nos deja al lado del aeropuerto.
Así pues, vamos al stand de la compañía Ciudad de Córdoba y sacamos los billetes por 5 pesos por barba muchísimo más barato. En media hora, el cacharro, viejísimo, nos deja al lado del aeropuerto, eso sí, nos deja en un sitio donde no hay entrada peatonal así que tenemos que cruzar con las maletas y con todo por una enorme pradera.

Una vez en el aeropuerto, como ya teníamos reservados asientos en salida de emergencia para estirar las patas que hice por Internet, facturamos las maletas y vamos a la zona de tax free a quenos devuelvan impuestos de algunos regalos que hemos comprado. Pero menuda odisea.  Hay un mostrador sin nadie, y te dicen que lo hagas por Internet. Así que preguntamso, vamos a información y llaman a los de aduanas para que vengan. Como no venían, insistimos. Aparece por allí una mujer, comprueba las facturas y el género (los hoteles, como pensábamos, no entran) y se tiene que ir porque se le ha olvidado el matasellos.

Vuelve y nos dice que para cobrar tenemos que ir a una especie de locutorio que hay en el aeropuerto. Allí nos dicen que lo hacen los del puesto de golosinas, todo un show... Finalmente, el tendero nos coge los datos y nos dice que nos llegará un cheque por correo, aunque lo dudo.
Pasamos el control de policía (nos hacen abrir algunos bombones), tomamos un sandwich y una cerveza carísimos, compramos tabaco muy barato y a las 15.55 subimos al avión de Iberia. No va lleno, y tenemos buenos sitios. La comida y el desayuno están bastante bien, nos ponen películas..., pero no hay quien duerma ni con pastilla por el cambio horario. Llegamos a Barajas a las 7 de la mañana, que son las dos en Argentina, y nos dividimos ya que unos vamos de allí a Logroño y otros tienen que hacer escala en Barcelona.

Tras coger los buses, por fin llegamos a Logroño a las 14.45, donde nos espera mi padre. Estamos muertos, pero muy felices por haber disfrutado de unas vacaciones espectaculares. Eso sí, recorrer Argentina como lo hemos hecho es agotador. Han sido más de 30.000 kilómetros en 26 días entre aviones, autobuses, taxis, furgonetas, barcos... Pero nos llevamos una buena impresión del país, por su comida, su gente y sus paisajes. Eso sí, tal y como siguen escalando los precios, los españoles o vamos ya a conocerlo o no podremos en el futuro (al menos el inmediato), porque es caro, sobre todo excursiones y comer. Los hoteles, el tabaco o los taxis están bien de precio, pero lo que es puramente turístico está por las nubes. Hay una inflación enorme que el Gobierno camufla, pero todos los argentinos te aseguran que es del 20 o 30%, aunque muchos sueldos también suben ese porcentaje cada año. Por cierto, en unos días hay elecciones, así que veremos qué pasa.

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