viernes, 23 de septiembre de 2011

ARGENTINA 2011 (6ª PARTE)

DÍA 6. 22 DE SEPTIEMBRE. LLEGADA A PUERTO IGUAZÚ

Nuestro primer objetivo del día hoy era visitar el Museo de Alta Montaña de Salta, el más importante de todo el norte de Argentina, pero aunque hemos madrugado y desayunado pronto para estar ahí antes de las diez de la mañana, no abre hasta las once (aquí se toman todo con bastante tranquilidad). Así pues, camhiamos dinero y entramos a ver por dentro la catedral (donde están los restos de un héroe de la independencia, Güemes) y regresamos al hotel a recoger las maletas, ya que a las 13.40 horas cogemos el avión con Aerolíneas Argentinas a Puerto Iguazú, donde veremos las espectaculares cataratas.

Hablamos con el conductor de un remise y nos comenta que nos lleva a los cuatro al aeropuerto por 35 pesos (6 euros), así que le decimos que sí. Tardamos como quince minutos en llegar al pequeño aeropuerto de Salta, inaugurado en 1999 con Menem como presidente. Apenas hay gente, así que como ya teníamos reservados los asientos sólo nos queda facturar las maletas. Nuestra primera experiencia con Aerolíneas Argentinas ha sido buenísima, a pesar de que no tiene muy buena fama.

De paso, y como hay tiempo, aprovechamos también para que nos impriman en LAN los billetes para estos días, ya que nos han retrasado un día el vuelo de Ushuaia a El Calafate. Ha habido que hacer cambios de hoteles, pero parece que lo hemos apañado bastante bien.

Hacemos tiempo tomando algo y, con mucha puntualidad, nos subimos al avión. Es pequeño, con cuatro asientos por fila, pero con muchas comodidades. Nos dan a leer un periódico, El Argentino, tenemos pantallas de televisión en cada asiento para ver documentales y series, y nos dan una pequeña comida. Un bocadillo de jamón y queso, bebida, café y, por fin, probamos los alfajores, un dulce buenísimo típico de aquí que en apiencia se asemeja a un polvorón, pero que mucho más rico, relleno de dulce de leche.

Antes de lo previsto, en una hora y 40 minutos, llegamos a Puerto Iguazú. Ya desde el avión se nota el cambio de paisaje, impresionante. De los secarrales del Noroeste al paisaje amazónico de aquí, todo rodeado de vegetación selvática. También nada más bajarnos apreciamos ya que el calor es bastante más intenso. Cogemos otro remise y por 100 pesos (16 euros) nos lleva al Yreta Apart Hotel, situado en el pueblo a 25 kilómetros del aeropuerto.

El apartamento que tenemos reservado, a dos cuadras del centro (110 euros la noche para los cuatro con desayuno) está muy bien. Tiene un salón-comedor-cocina de unos 30 metros cuadrados, un baño grande y dos habitaciones también grandes, además de terraza. Lo primero que hacemos es salir a ver el pueblo, que apenas tiene 30.000 habitantes, aunque muy enfocado al turismo, con restaurantes, tiendas, hoteles...

Comemos algo en un restaurante de comida rápida, vemos algunas tiendas y decididimos comprar algo en el supermercado para cenar esta noche y comer mañana en el apartamento de forma cómoda. Nos cuesta todo algo más de 300 pesos (pizza, empanadas, milanesa, yogures, cerveza....)

De vuelta al hotel los chicos optamos por ir un ratillo a correr, aunque aquí eso es jugarse la vida. Casi nl hay luz por las calles, al pavimento le faltan trozos por todos los sitios como si fuera un queso de agujeros, y para colmo, hay varios perros cabrones que no hacen más que ladrar y amagar con seguirnos.

Lan y Sergio prueban la piscina, reservamos transporte para ir mañana al lad brasileño de las cataratas, cenamos y vemos un rato la tele, aunque enseguida empieza a pesarnos el cansancio y poco a poco vamos abandonando el salón para echarnos a los brazos de Morfeo.

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