domingo, 18 de septiembre de 2011

ARGENTINA 2011 (2ª PARTE)

DÍA 2. 18 DE SEPTIEMBRE. SAN MIGUEL DE TUCUMÁN

Por la ventanilla San Miguel de Tucumán parece una ciudad bastante gris y descuidada, veremos a ver. Nada más llegar cogemos (perdón, agarramos) el equipaje. Igual que en México te dan un ticket y sólo tú puedes recogerlo, algo que me parece lógico para que no haya robos. Como es pronto para ir al hotel, decidimos desayunar en la misma estación cafés, medialunas (croissants) y unas tortas, todo por 32 pesos para los cuatro (algo más de 5 euros).
Lo siguiente es mirar la guía, la Lonely Planet que siempre nos acompaña. Vemos que el hotel, Hotel Francia (calle Crisóstomo Álvarez 467) está en línea recta de la estación, a unos 700 metros, así que vamos andando, ya que tenemos el handicap de que los cuatro, con todos los equipajes, no entramos en un taxi.

Pasamos por una especie de mercadillo con la música a tope, y vemos que las aceras, igual que en Córdoba, dejan bastante que desear. Faltan baldosas por todos los sitios y hay bastante mierda, así que se hace incómodo portar la maleta, pero bueno, en diez minutos estamos.
Conforme nos acercamos al hotel se nos alegra el día, ya que es el edificio más moderno que hemos visto en dos días y en el hall hay un sofá con el que se nos cae la baba después de dos noches sin dormir en cama (una en avión y otra en bus). Hacemos el check-in y nos invitan a tomar un café por la patilla como gesto de bienvenida mientras arreglan las habitaciones en este hotel de tres estrellas.

El hotel está bien, es confortable, aunque sin demasiados lujos. Tiene, eso sí, tele, wi-fi, secador... no necesitamos más. Cuesta 46 euros la noche para dos personas con desayuno buffet, era lo mejor que pude encontrar en Intenert, ya que Tucumán no es muy turístico, hay pocos hoteles, y la mayoría muy caros.
Lo primero que hacemos, cómo no, es darnos una ducha placentera. ¡Qué ganas de ver agua y cambiarse de ropa! Dice el amigo Sergio que como es domingo, hoy toca mudarse...jeje La verdad que nos tomamos todo con mucho humor para, de alguna forma, combatir el cansancio que todos llevamos ya acumulado. Por suerte, ahora nos esperan 21 días de dormir ya sí en hoteles, así que no habrá problema de ducha y cama.
Nada más cambiarnos, a las 10.30, salimos ya para conocer la ciudad, en la que estaremos sólo hasta mañana por la mañana. Ya iremos contando lo qué ofrece, aunque los principales atractivos arquitectónicos están todos en el centro, a apenas una cuadra del hotel (es decir, 100 metros). Vamos, que la ubicación no puede ser mejor.

La vuelta por San Miguel de Tucumán, capital del estado de Tucumán (el más pequeño de Argentina), no nos ha deparado demasiadas sorpresas. Alguna que otra iglesia curiosa, tiendas cerradas por ser domingo y poco más, a parte de un poco de frío que no esperábamos, ya que en los últimos días ha hecho bueno. Pero tanto ayer en Córdoba como hoy ha hecho falta una chaqueta.

Hemos dado un paseo antes de ir a comer a un restaurante con muy buena pinta enfocado al mundo del deporte (lleno de pantallas de tv con partidos de fútbol, rugby...) y nos hemos comido una parrillada espectacular para los 4 por 260 pesos (44 euros). Tenía costilla, solomillo, pollo, morcilla, chorizo y otras parte menos normales, como hígado, riñones..., pero que estaban muy buenos, y a penas hemos dejado nada. Para beber, cómo no, hemos seguido con la Quilmes, pero la variedad Stout, que es negra y está buenísima.

Del restaurante, con la barriga llena, nos hemos desplazado hasta una heladería de plaza de la Independencia, donde los helados estaban muy buenos al precio de 10 pesos cada uno. Con la tripa a punto de estallar ha llegado el momento de echar una pequeña siestecilla en el hotel para descansar, sobre todo las piernas. También hemos aprovechado para ver qué había hecho España en el Eurobasket (ha gando a Francia en un partidazo) y hemos mirado los horarios de autobuses para ir mañana más al norte, hacia Salta, acercándonos cada vez más a Bolivia. Hay varios horarios y muchas butacas libres, así que depende cómo andemos mañana de tiempo los cogeremos en la misma estación.

Tras un par de horas de descanso, o de paseo, para Sergio y Lan, hemos regresado a seguir recorriendo la ciudad ya de noche con los edificios iluminados. Al final hemos ido muy pronto a cenar, que mañana toca madrugar, y hemos cambiado la carne por un par de pizzas, una ensalada césar y unas patatas a la riojana, receta distinta a la de España. Todo nos ha salido por 222 pesos (unos 39 euros). Hemos aprovechado además que había wi-fi para comprar los cuatro billetes de mañana hacia Salta, todos por 514 pesos (90 euros). Partimos en la clase cama-ejecutivo a las 9.50 de la mañana, y en cuatro horas (son 284 kilómetros) esperamos estar allá.


A la salida del restaurante, de regreso al hotel, hemos ido a ver de noche la denominada Casa de la Independencia, donde en 1816 el congreso de Tucumán proclama su independencia de España (En 1810 ya se había establecido el primer gobierno independiente, la primera Junta, pero ante la poca preparación militar patriota de entonces, -dicen las enciclopedias- la independencia como tal en Argentina fue declarada oficialmente en julio de 1816).


Muy cerca de allí se estaba celebrando una feria de emprendedores, artesanal, y hemos ido atraídos por el sonido de la música. Un grupo de hombres y mujeres se estaban divirtiendo con un baile folclórico típico de aquí al son de una música muy pegadiza, utilizando pañuelos por parejas. Os adjunto un vídeo hecho con el Iphone, a ver si podéis verlo.


Y ya a las diez de la noche hemos llegado al hotel, muertos todavía por todo el sueño y cansancio acumulado, y conscientes de que mañana sobre las 7.30 tocará diana. ¡Qué relindo es poder dormir en una cama! Por fin.......

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