viernes, 3 de septiembre de 2010

ASIA 2010 (12ª PARTE)

DÍA 12. 2 DE SEPTIEMBRE. KUALA LUMPUR

La noche no ha podido ir mejor, menudas camas que hay en este hotel. Nos levantamos a las 9.00 y por el despertador, ya que no queremos perdernos el buffet. Y eso sí que merecía la pena. Es tan grande que cuesta encontrar mucho las cosas. Hay como ocho zonas de comida, con todo lo que uno se pueda imaginar. Impresionante. Cuesta mucho elegir, y se nos llenan antes los ojos que el estómago, qué pasada.


 Nuestra única tarea hoy es descansar, así que después de desayunar, nos vamos tres horitas a la piscina a relajarnos gracias al jacuzzi. La gente baja a la piscina con el albornoz y las zapatillas que hay en la habitación, nosotros usamos las toallas que hay en las hamacas. La pena del día es que hay más claro que nubes. Justo después nos vamos a comer al mismo restaurante en el que cenamos ayer, hoy pollo y otra ensalada con postre, todo por 20 euros. Lo mejor es que cuando te acabas la bebida vienen los camareros, muy atentos, y te sirven. Al final me he empachado al beberme seis Nesteas fríos que estaban muy refrescantes, y es que la humedad y el calor es asfixiante. Todo por 2 euros.

Por la tarde volvemos a la piscina, damos una vueltilla por el hotel y salimos a cenar también a las Petronas. Por el camino, -hemos aprendido a llegar en diez minutos atravesando el Centro de Convenciones de la ciudad, otro edificio de lujo-, encontramos en la acera una señal de tráfico muy curiosa que alerta de los ladrones de bolsas. No está mal la alerta, pero se hace raro verla así, en forma de señal. Al final, como no hay mucha hambre, nos tomamos unos batidos de vainilla en el Mc Donalds buenísimos y grandes por 1 euros, y unos helados por poco más exquisitos: el mío es de chicle de fresa, piña con naranja y vainilla con trozos de chocolate; el de MJ es de galletas de chocolate y vainilla. Hay sabores muy raros y coloridos, y nos cuesta decidir.

Justo por una de las puertas de las Petronas se pasa a un bonito jardín, con un pequeño lago, en el que nos encontramos un espectáculo de chorros de agua. Como es de noche, es hora de estrenar el trípode, y la verdad es que las fotos son muy chulas. De regreso en el hotel, nos paramos a tomar algo en el hall, donde hay un cuarteto que canta de fábula canciones de toda la vida. Dentro hay otro espectáculo, y es que esto es una pasada. No tardamos en irnos a la cama, que mañana, para poder subir a la mitad de las Petrona y ver una panorámica de la ciudad, hay que madrugar mucho. Según le hemos entendido al guardia de seguridad, se empiezan a repartir tickets a las 7.00 y hasta que se acaban. Es gratis, pero el problema es que son muy limitadas la intención es madrugar, verlas, venir a desayunar y partir para el aeropuerto rumbo a nuestro siguiente destino, Singapur, donde estaremos dos días. A ver si nada se tuerce.

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