miércoles, 14 de julio de 2010

ALEMANIA-AUSTRIA 2010 (6ª PARTE)

DÍA 6. SALZBURGO (AUSTRIA). DÍA 14 DE JULIO

Hoy, de nuevo, empezamos el día tarde, sobre las 10.00, y porque el desayuno lo sirven hasta las 10.30, que si no... Aun así, no ha sido una noche fácil para mí. A las 5 de la mañana me he despertado lleno de picaduras de mosquito gigantes. No podía parar en la cama, tenía los brazos y el cuello con unas picaduras tamaño XXL. Luego he vuelto a conciliar el sueño y porque ha sonado el despertador...

Nada más desayunar un buffet algo limitado nos echamos a patear la calle, aunque con pocas ganas porque para las 11.00 ya marcan los termómetros 30 grados. Más vale que es Austria y que esperábamos un poco de fresco, que si no… Lo primero cogemos el bus para pasar al otro lado del río y visitar el Palacio de Mirabell y sus vistosos jardines. Después, regresando al centro histórico, vemos la iglesia de San Andrés y regresamos a la calle de las compras, en la que nació Wolfgang Amadeus Mozart.

También vemos la iglesia franciscana, la abadía de San Pedro, con sus impresionantes catacumbas y su cementerio, y la Residenze de los antiguos príncipes-arzobispos por dentro, ya que ayer estaba cerrada cuando llegamos. Ellos eran quienes gobernaron la ciudad hasta hace algo más de un siglo. Nuevamente, no tenemos nada que abonar gracias a la Salzburg Card, ni tampoco el autobús (y más vale, porque nada más subirnos llegó el revisor, que te clava 65 euros de multa por ir sin billete).


Son ya cerca de las tres de la tarde y estamos reventados por el calor, así que decidimos comernos unos bocatas de gambas, huevo duro y lechuga, y unas cervezas para acompañarlos. Estamos con el mono de helado, así que vamos a una heladería y damos cuenta de unos sabrosos bananasplit y otra copa de tiramisú antes de volvernos al hotel pasando por la plaza de los caballos, en homenaje a Von Karajan, y la puerta de Segismund. Esta vez pillamos abierto el Spar, así que compramos la cena y unas cuantas cervezas para la noche que dejamos refrescando en el lavabo mientras corre el agua del grifo. Y es que el calor es horrible, y se ve que aquí todavía no han descubierto el aire acondicionado. A todo lo que puedes aspirar en el hotel es a un ventilador cuyo aire te llega cada siete u ocho segundos. A las seis intentamos echarnos una siestilla antes de dar otra vuelta por la noche para comprar algún recuerdo.

Aquí lo que más se estila son unos bombones y chocolates con la cara de Mozart. Hay de todos los tamaños y precios y, sin probarlos, parece que el ingrediente estrella es el pistacho en vez de una almendra o una avellana.

Por la noche, después de cenar, damos una vueltilla por la ciudad, que tiene menos marcha que Pamplona a finales de julio. Tampoco nos importa, mañana cogemos el tren de regreso a Munich, última parada del viaje, y nos viene bien dormirnos pronto (siempre que el insoportables calor nos lo permita).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Richard:
ddios mioo!!! esto es un infiernooo!! no siento las piernas! esto es peor que hirosima y ngasakiiiiiiirr!!

Anónimo dijo...

aqui hace mucho caloren,y el aire acondicionaten brilla por su ausenciaaaa!tan adelantados q se les suponen a estos zurriagen alemanen...asi q tienen q ir a una piscina hasta mallorca!

Anónimo dijo...

Richard: el noticion de la famosa residenz, en la puerta un cartel que pone AIR CONDITIONER, y para no faltar a la costumbre austroalemana, ´consistía en dos ventiladores, uno a cada lado del palacio, que creaban una corriente de aire que te llevaba!!! osea NADA!!! son subdesarrolladoooossssss

Anónimo dijo...

Richard: el noticion de la famosa residenz, en la puerta un cartel que pone AIR CONDITIONER, y para no faltar a la costumbre austroalemana, ´consistía en dos ventiladores, uno a cada lado del palacio, que creaban una corriente de aire que te llevaba!!! osea NADA!!! son subdesarrolladoooossssss

Anónimo dijo...

sois unos zurriagos luchadores, los dos jeje
Ruben