martes, 24 de agosto de 2010

ASIA 2010 (3 ª PARTE)

DÍA 3. 24 DE AGOSTO. BANGKOK

Nos levantamos tarde, pero con la intención de aprovechar el día a tope. Queremos visitar la zona de los palacios, y debajo del hotel contratamos un tuk-tuk. El chófer, en plan generoso, se ofrece a darnos una vuelta de unas dos horas por apenas 50 baths, como sospechábamos tenía trampa, pero nos dio un poco igual. Teníamos ganas de disfrutar un poco del ambiente callejero de esta gran ciudad.
Empezamos visitando sitios poco turísticos, todo templos, como el gran buda del Wat Intrawihan, después el Wat Benchamabophit, The Golden Mount y de allí nos dice el conductor que tiene que llevarnos a una tienda diez minutos, porque así le pagan a él 100 baths extra. Le digo que no, que ya le pago yo la diferencia, pero nos dice que por favor, que sólo tenemos que estar diez minutos y no ir corriendo, sino más bien despacio.

Al final, nos lleva a una super tienda donde confeccionar trajes. Yo me quería hacer uno, y aunque al principio me he hecho el remolón, que no me daba tiempo porque nos íbamos mañana (era mentira) he terminado cayendo. Al final he pagado por un traje de raya diplomática y muy buena presencia 100 euros (me pedía 140 y tuve que regatear, pero no había forma de bajar). Me ha dicho que para la noche lo tenía en el hotel, porque hacen 200 trajes diarios y tienen 355 personas trabajando. Parece que es verdad, porque tras tomarme medidas me dice que vuelva a las 6 para ajustar los últimos detalles ya con el traje puesto. Mientras, nos ofrecen una bebida. La verdad que la tienda (se llama James Fashion), por lo elegantes que van los empleados y la pinta que tiene todo, da buena espina, y somos muchos los extranjeros que estamos allí. En media hora me coge todas las medidas, así que nos vamos con nuestro amigo el del tuk-tuk, que estaba esperando. Según parece, por llevarnos les dan un ticket de gasolina, que para ellos es la leche. Eso, al menos, nos dijeron después dos parejas de Canarias que conocimos en las mismas circunstancias que nosotros.

El conductor nos deja en el Wat Phra Kaew y Gran palacio, donde está el famoso templo del Buda Esmeralda. Nos parece poco darle 50 baths (poco más de un euro), así que le damos 100. La entrada al Gran Palacio es cara para lo que es el país, 350 baths, pero es impresionante, todo pagodas doradas, grandes torres, espectaculares esculturas… en estos casos, como se dice, vale más una imagen que mil palabras (ver las fotos). El Buda Esmeralda es casi lo de menos, porque es muy pequeño, pero hay templos espectaculares, en los que, por cierto, hay que entrar descalzo.
Tras un par de horas, vamos a visitar un templo cercano, el Wat Pho, donde se encuentra el mayor buda reclinado, que debe tener como 46 metros de longitud y 15 de altura, es impresionante. La postura representa la muerte de buda, es decir, el nirvana. La entrada vale sólo 50 baths y todo el conjunto vuelve a ser espectacular.

Al salir, nos dirigimos al embarcadero cercano para, por tres baths, cruzar el río Chao Praya y contemplar el Wat Arun. Se puede subir con unas escaleras de vértigo y tiene unas vistas de Bangko increíbles. La pena es que, como se presumía, empieza a caer un aguacero. Estamos como media hora cubiertos esperando que pare, pero no hay forma, así que desafiando la lluvia cogemos un barco de vuelta y después un taxi (los tuk-tuk nos pedían 200 baths) para volver a la tienda de trajes a la segunda prueba con el traje ya puesto.

El taxista, un cachondo que no hace más que ofrecernos excursiones y shows, y que al decirle que no dice si vamos a estar toda la noche “bum, bum” (imaginaros lo que es), nos pide 300 por ir a la tienda, esperar y llevarnos al hotel. Nos parece caro, pero con el tráfico que hay nos cuesta como 45 minutos llegar a la tienda, y llegamos chirriados por la lluvia. Allí tardan un poco en sacarme el traje, me lo pruebo, y volvemos al hotel. Al final tiene que esperarnos el taxista casi una hora, así que le damos 400 baths. Estamos en plan amable, y sólo son dos euros más, nos parece justo. De regreso al hotel, nos duchamos y nos cambiamos de ropa para salir a cenar con una sensación mucho más agradable de la ciudad que la del primer día, ayer, cuando estábamos muertos y apenas habíamos visto cosas. Hemos hecho sólo hoy unas 400 fotos, con eso digo todo.


Salimos a cenar a un restaurante muy cercano al hotel y decidimos probar la comida thai. Yo pido un paid thai, que lleva fideos con carne y se deja comer, aunque el sabor es un poco raro. Mj pide arroz con huevo frito, salchichas...y también le gusta. El problema, que nos quita un poco el hambre, es que vemos correr delante de la mesa una cucaracha que por sus dimensiones parece una vaca de Macua. Y, además, hay pequeños lagartos subidos por la columna que tenemos a veinte centímetros. Si viene aquí Sanidad, vamos... calificaría el Bodegón de cinco estrellas, con eso lo digo todo.

4 comentarios:

Miguel, Merche y Sara dijo...

Hola chavalotes:
Aqui estamos los Lazcoz que nos morimos de la envidia.
Nos habria gustado poder acompañaros en este super viaje pero la peque que tenemos entre manos no nos ha dejado.
Por lo menos os seguimos en el blog.
Disfrutad mucho!!!!
Besos desde Pmaplona,
Merche

RUBEN dijo...

Hola, familia, aquí estamos, recién aterrizados en Bali en un hotel chulísimo. El próximo viaje nos vamos los cinco, que ya Sarita podrá andar y todavía no sabrá pedir jeje

Un besazo desde Ubud, Mari Jose y Ruben

PD DE RUBEN: a los vagos, podéis hacer como Merche, no hace falta registrarse, escribes como anónimo y pones tu nombre al final y ya está. Oído cocina??

Anónimo dijo...

jode macho,q manera de repartir propinas!!a partir de ahora en la peña os vamos a cobrar en baths a ver si tambien dejais propina,jeje!cuñateeeeeeen

RUBEN dijo...

eres un mamonen, landereten... no me había fijado que habías escrito tanto comentario por ahí. te tenías que haber venido, macho, esto es vida y no Europa. y encima hay aire acondicionado en las habitaciones jeje un abrazo zulu