viernes, 27 de agosto de 2010

ASIA 2010 (5ª PARTE)

DÍA 5. 26 DE AGOSTO. BANGKOK-AYUTTHAYA

Esta noche, por fin, hemos dormido como angelitos. Fue meternos a la cama y caer redondos, claro que no nos anduvimos con tonterías y nos metimos cada uno medio Soñodor por si las moscas. Y es que, sólo teníamos cinco horas y media para dormir, así que había que descansar. A las 6.00 ha sonado el despertador y no sabía ni dónde estábamos, pero enseguida he vuelto a la realidad. Nos hemos preparado, y para las 6.35 ya estábamos en la calle buscando un sitio para desayunar. Temiendo que no nos diera tiempo, hemos optado por el Seven Eleven: bueno, bonito y barato. Por dos euros nos hemos comprado pastelitos, batidos y un Nescafé frío de la lata por 30 céntimos que estaba cojonudo.

A las 7.10 ha venido el guía a buscarnos a recepción y hemos empezado a recoger a orientales por la zona. Íbamos doce, diez de Corea del Sur, y nosotros dos, además del conductor y el guía, que hablaba siempre en el mismo tono como recitando, como las tribus polinesias que salían en el programa ese de Perdidos en la tribu, y eso que se suponía que hablaba en inglés. “Saregata sibara casareu…oliku anapauna”. Vamos, que no entendíamos ni papa, ni nuestros compañeros de excursión tampoco.

En total hemos visitado cinco conjuntos de monumentos de Ayutthaya, la antigua capital del Reino de Siam (417 años), que ocupaba, según he leído, más extensión que Francia y el Reino Unido juntos. Ocupaba, creo, además de Tailandia, Camboya, Vietnam y algún país más de alrededor. Está a unos 80 kilómetros de Bangkok y llegamos en una hora y media. Desde luego, qué destreza tienen aquí al volante. En cada adelantamiento e incorporación parece que va a haber un golpe, pero no, nunca los hay aunque parece increíble. Aquí, por cierto, conducen como en Inglaterra, por la izquierda, y el carril derecho es el de los vehículos rápidos.

A lo que íbamos, en Ayutthaya visitamos, entre otras cosas, el Wihaan Mongkhon Bophit (templo con un buda de 17 metros), el Wat Phra Mahathat (con la cabeza de un buda empotrada en las raíces de un árbol) y el Wat Phra Si Sanphet, con sus tres chedis prominentes (torretas) y símbolo de la ciudad. El problema es que hace un calor terrible, y mucha humedad, por lo que no hay quien aguante en la calle, sólo a la sombra y mal. Antes de visitar el último templo, paramos a comer (toda la excursión vale 600 baths por persona con todas las entradas y la comida). Nos dan arroz blanco, muy bueno pero soso, aunque le puedes echar salsas picantes, que están muy buenas. También nos sacan verduritas, pollo con cebolla y tomate que no hay quien se lo coma, una especie de tortilla de ajos frescos exquisita…, y para postre, piña.

Tras la última visita, nos escapamos diez minutos a ver un pequeño centro de adiestramiento de elefantes. Por 40 baths nos sacamos una foto con un bebé elefante que es un artista: toca la armónica, baila moviendo el culo, le da al hula-hoop… sobre las 14.00 horas salimos ya para el hotel, dejándonos la furgoneta para 15 personas en la calle inmediata a la nuestra, Khaosan Road. Allí compramos más provisiones en el Seven Eleven para merendar y desayunar mañana, que tenemos que levantarnos a las 3 de la madrugada. Con tanto calor, decidimos darnos un baño en la piscina del hotel antes de salir a dar una vuelta.

Sobre las 18.00 optamos por irnos de compras al MBK Center, el súper centro comercial de Bangkok. El taxi nos pide 150 baths por llevarnos, le decimos que no y a la que nos damos la vuelta aparece por allí un conductor de tuk-tuk que nos lleva por 100 baths. Teníais que haber visto a qué velocidad íbamos sorteando coches, motos, más cacharros como el nuestro… aun así, nos cuesta casi media hora llegar hasta allí.

De las escaleras que acceden al centro comercial hay una gran vista el sky train (tres que circula a nuestros cuantos metros del suelo) y se puede apreciar parte del skyline de la ciudad. Una vez dentro del MBK empezamos a practicar de verdad el regateo. Dicen que Bangkok es la ciudad más difícil de regatear de toda Tailandia, que en el norte es más sencillo. Yo creo que en el fondo nos da pena regatear 2 ó 3 euros con los thai, que te ponen caras de bueno, te dicen que “por favor, por favor”, y encima, para nosotros no es poco dinero, porque el nivel de vida es muy distinto.

Al final, terminamos comprando una maleta (habíamos llevado sólo una) por 20 euros, camisetas por 160 baths, calzoncillos de imitación por 80, un bolso por 200…, y la verdad es que te llevarías a casa medio supermercado (y mira que es grande), aunque luego muchas cosas no las utilizarías para nada. Tras las compras y el regateo (hay cosas de las que cito que las sacamos a la mitad de precio de lo que nos decían), decidimos subir a la última planta del centro comercial, donde hay un montón de restaurantes, casi todos Fast-food. Aunque suena políticamente incorrecto, la comida thai no nos ha gustado demasiado, al menos lo que hemos probado hasta el momento. Habrá más intentos.

Mientras buscamos un sitio donde cenar, vemos unas cabinas donde la gente se encierra a cantar, vamos un karaoke de toda la vida pero que no se oye nada con la puerta cerrada. Tiene asientos, su tele, sus dos micros…. Por 20 baths (50 céntimos), nos animamos a entrar. Y eso que lo primero que vemos es a una tailandesa dándolo todo con el micro y el novio o el marido roque en el sofá. Miramos las canciones que hay en inglés y nos decidimos por un clásico, Imagine de John Lennon (creo que era la única canción de la que me sabía la letra entera). La verdad es que cuando ves a los japoneses en la tele dándolo todo con sus amigos en el karaoke parecen muy frikis, pero nos echamos unas risas haciéndonos fotos con el micro.
Al final terminamos cenando los dos e el Kentucky Fried Chicken (KFC) por 200 baths (5 euros). Es lo bueno que tienen estas franquicias, que comas en la parte del mundo en la que comas ya sabes lo que es. Y a veces, más vale eso que nada. Cenamos en un plis-plas y bajamos a la última planta (se llama G no sé por qué) y cogemos un taxi de los regulados al hotel. Esta vez nos cuesta 67 baths (el otro día 97 porque el hombre se perdió). Son más de las 22.00 horas, así que decidimos, con las compras, reorganizar las maletas y mochilas. Tardamos como una hora, así que nos dan las 23.30 y a las 3.00 hay que levantarse para ir al aeropuerto.

No hay comentarios: