martes, 24 de agosto de 2010

ASIA 2010 (2ª PARTE)

DIA 2. 23 DE AGOSTO. LLEGADA A BANGKOK

La primera cosa que veo al abrir los ojos y encender el monitor de televisión de mi asiento es que estamos sobrevolando India. Decido abrir la cortinilla de la ventana y veo que tenemos debajo la cordillera del Himalaya, o eso indica la tele. Está muy chulo, pero entra demasiada luz y no quiero despertar al resto de pasajeros, que están sopa.

Durante el resto del trayecto intercambiamos asientos, rellenamos un papel de inmigración, damos varias cabezadas más, desayunamos más o menos… y a las 14.20 (hora local) aterrizamos por fin en Tailandia. La verdad que al volar de noche el viaje no se hace tan pesado. Cuando fuimos a México fue mucho más, y eso que habíamos dormido bastantes horas más.

Al llegar al aeropuerto llama la atención lo bien organizado que está todo, gente que te va indicando con carteles, muchos paneles informativos… también se empieza a notar el olor especial de Asia y mucha limpieza. Por fin encuentro un sitio para fumar (hacerlo en sitios equivocados supone una multa de 2.000 baths, 50 euros) y bajamos una planta para coger un taxi público, algo que recomienda todo el mundo que ha estado. En el mostrador una chica nos toma nota de dónde vamos y un taxista nos recoge el equipaje y nos lleva. Son unos 45 minutos de trayecto al Rambuttri Village (26 euros la noche habitación de lujo) y cuesta la carrera, incluyendo la autopista, 360 baths (9 euros). Está situado en la zona turística de Kahosan Road, cerca del Palacio Real y en un callejón lleno de tiendas.


El primer revés, -ya lo sabíamos antes de venir-, es que el euro se ha devaluado bastante, ha perdido fuerza en estos últimos seis meses, y de que te diesen casi 50 baths por un euro, ahora te dan 39,54 exactamente en el hotel (en el aeropuerto cambiamos lo justo para el taxi un poco peor, a 38,5). Es un 20% más caro todo para nosotros, pero como veis, sigue siendo regalado para los occidentales.

El otro hándicap es que en el hotel nos hacen pagar la habitación en efectivo, y no dejan con Visa. Son 5.200 baths (1.000 de depósito), así que tenemos que cambiar otros 200 euros (ya van 225) y sólo nos hemos traído 1.000 en cash entre los dos porque pensábamos tirar de tarjeta. Si sigue así, habrá que sacar de los cajeros. Bueno, tampoco es nada grave, pero un poco más lioso.

Subimos a la habitación, y la verdad es que no es de lujo, pero está bien y limpia. Lo más gracioso, como en algunos sitios de México, es que no se puede tirar el papel higiénico por la taza y hay que lavarse el ojete o lo que sea con un pequeño grifo a presión… me estoy acordando de Frodo y sus frecuentes visitas a Roca.

Son las 16.30 de la tarde aquí y mientras escribo MJ ya se ha quedado frita. Normal, porque estamos muertos. En un ratillo nos pegaremos una ducha y saldremos a visitar la jungla. De momento hemos visto que, en efecto, estamos en temporada de lluvias y que es una ciudad algo caótica con el tráfico.
Por fin, sobre las 17.30 salimos a la calle. Lo primero que llama la atención es el olor nauseabundo que sale de las alcantarillas y que todo el mundo intentar venderte algo: trajes a medida, masajes, ropa, comida… tras diez minutos andando por la calle, en la zona de Khaosan Road, cogemos un tuk-tuk después de negociar diez minutos con el chofer en un inglés ni de indio. Nosotros no hablamos bien, pero ellos menos. Nos llevó por 80 baths (2 euros) hasta un embarcadero, y allí cogimos un taxi-barco por 9 baths los dos hasta el muelle del centro comercial MBK. Vamos por los canales y vemos el Bangkok más pobre, lleno de chabolas.

 El centro comercial es impresionante, allí tienes de todo. Ordenadores portátiles por 300 euros, cámaras de fotos (precio como aquí), camisetas por 4 euros, pantalones vaqueros por 10… lo que pasa es que estamos muertos y enseguida nos sentamos a tomar un helado. En hora y media decidimos volvernos para el hotel a descansar. Cogemos un taxi, pero el señor tiene ni idea de dónde está el hotel, se baja dos veces a preguntar y en media hora llegamos por 100 baths (2,5 euros). La verdad es que no parece muy avispado.

Aunque no hay mucha hambre, cenamos debajo del hotel en el Oh my cod, restaurante que aparece en la Lonely. Yo tomo hamburguesa de bacon con una cerveza Tiger que tendría casi un litro, y MJ una baguette de jamón y queso con agua. Todo por 290 baths, es decir, poco más de 7 euros.

Para las 22.00 ya estamos durmiendo, aunque con el cambio horario para las 2 de la mañana ya no puedo parar en la cama. Me pego dos horas dando vueltas por la habitación, leyendo la guía y enredando el ordenador. Hasta las 5 no me puedo dormir de nuevo, pero cogemos el sueño de tal forma que nos dan las 10.30 de la mañana. Creo que nos hemos pasado un poco de perezosos

1 comentario:

Anónimo dijo...

pitionen!!!ya veo q sigues a limpia litrona,pim pam!era cerveza Tiger...Woods????ten cuidaooooo