martes, 24 de agosto de 2010

ASIA 2010 (1ª PARTE)

DÍA 1. 22 DE AGOSTO. LA SALIDA

Empieza el viaje. Nos levantamos a las 4.00 de la madrugada para ultimar detalles y salir a las 5.00, con José Javier, rumbo en coche hasta el aeropuerto de Noáin. Al ser tan pequeño, es una gozada, porque en tres minutos ya habíamos facturado la única maleta que llevábamos. El resto del equipaje, dos mochilas semivacías, una con la cámara de fotos, y el ordenador portátil, bueno, el Notebook.

A las 6.50 cogemos el vuelo y en apenas 40 minutos estamos en Barajas. Las conexiones desde Pamplona no son muchas a la capital, así que nos toca esperar un rato leyendo el Marca y desayunando un par de cafés y sus correspondientes napolitanas. Para las 10.30 tras recoger la maleta y cambiar a la Terminal 2, facturamos, ahora con SAS (Scandinavian Airlines), hasta Bangkok. La maleta, como es lógico, ya no nos preocupa hasta Tailandia y nos dan también el billete para cuando estemos en Copenhague, no hará falta pasar por el mostrador. Por cierto, la señorita que nos atiende un encanto, nos dice que disfrutemos Tailandia, que vayamos para el norte y que nos demos un buen masaje. Eso es amabilidad, y no lo del 80% de los empleados de las compañías aéreas.

A las 12.20 estamos montados en el avión a Copenhague muertos de sueño y después de almorzar un par de bocatas (11 euros). En principio iba a salir a las 12.50, pero hay un problema con una rampa y no podemos despegar. Para cuando la arreglan, el tráfico es tan intenso que al final se demora la salida 1 hora y cuarto.

Así pues, no llegamos hasta la capital danesa hasta las 17.00. Aun así, tenemos cinco horas para embarcar, así que nos decidimos a coger el tren para visitar un par de horas Copenhague. No vemos mucho, la arquitectura es característica del norte, calles limpias, música callejera, un museo de Record Guiness…, no parece que sea una ciudad que ofrezca mucho al turista, pero aprovechamos para comprar alguna postal y recuerdos.
A las 19.30 volvemos a coger el tren rumbo al aeropuerto (son 12 minutos de trayecto nada más y valen 10 euros por persona ida y vuelta), cenamos allí en un Burger King que nos sabe a gloria porque estamos muertos de hambre y nos dirigimos a la sala de embarque. Esperemos un ratillo dando cabezada de sueño en el asiento y nos montamos.

Tenemos suerte, porque estos aviones de SAS en los lados sólo tienen dos asientos, así que mejor no tener ningún cansino al lado. A mí me toca ventanilla y a Mari Jose pasillo. Tenemos tanto sueño que pasamos de la cena olímpicamente y dormimos casi cinco horas del tirón. Son las 5.00 en España, las 10.00 de la mañana en Bangkok.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Q raro q vayas al burguer king...fuiste para tener wifi no?ya te he calado,zurriagen