DÍA 9. 25 DE JUNIO. DE MELLIEHA A CASA
Hoy toca madrugar un poco para aprovechar las horas que nos quedan en esta magnífica isla. Desayunamos, terminamos las maletas y las dejamos en una habitación habilitada que hay cerca de la recepción del hotel. Descargados del peso, hoy decidimos acudir al Popeye's Village, un poblado, medio parque de atracciones, que está en Anchor Bay, a dos kilómetros del hotel.
Nos han dicho que no es gran cosa, pero tras hacer trasbordo en la parada de Ghadira, cogemos el bus 237 hacia el parque. La entrada cuesta 10,80 euros, y en efecto, comprobamos que no es ninguna maravilla, más bien al revés. En esta cala paradisiaca se rodó en 1980 la película de Popeye, que encarnó Robin Williams, y aprovechando los decorados se hizo un parque que necesita una buena inversión, ya que está todo viejillo y hay pocos atractivos.
Tenemos mala suerte, porque el mar está muy bravo, y no podemos bañarnos ni hacer el paseo en barco, así que en media hora o poco más nos vamos andando en un paseo corto hasta la bahía de Mellieha, una playa de roca y arena con una agua transparente total. Tomamos el sol un par de horas antes de recoger el equipaje y el bus X1 hasta el aeropuerto. Tarda un hora porque da una gran vuelta, pero con el aire acondicionado se va gloria.
Matamos un poco el rato por un aeropuerto entretenido aunque es pequeño y con puntualidad llegamos a Barajas. De ahí ya sólo queda el bus a casa, en el que aprovechamos para dormir un buen rato. En resumen, un viaje entretenido, recomendable, con una mezcla interesante de cultura y descanso y con un presupuesto que ha rondando los 750 euros. Próximo destino, Holanda en agosto.
Hoy toca madrugar un poco para aprovechar las horas que nos quedan en esta magnífica isla. Desayunamos, terminamos las maletas y las dejamos en una habitación habilitada que hay cerca de la recepción del hotel. Descargados del peso, hoy decidimos acudir al Popeye's Village, un poblado, medio parque de atracciones, que está en Anchor Bay, a dos kilómetros del hotel.
Nos han dicho que no es gran cosa, pero tras hacer trasbordo en la parada de Ghadira, cogemos el bus 237 hacia el parque. La entrada cuesta 10,80 euros, y en efecto, comprobamos que no es ninguna maravilla, más bien al revés. En esta cala paradisiaca se rodó en 1980 la película de Popeye, que encarnó Robin Williams, y aprovechando los decorados se hizo un parque que necesita una buena inversión, ya que está todo viejillo y hay pocos atractivos.
Tenemos mala suerte, porque el mar está muy bravo, y no podemos bañarnos ni hacer el paseo en barco, así que en media hora o poco más nos vamos andando en un paseo corto hasta la bahía de Mellieha, una playa de roca y arena con una agua transparente total. Tomamos el sol un par de horas antes de recoger el equipaje y el bus X1 hasta el aeropuerto. Tarda un hora porque da una gran vuelta, pero con el aire acondicionado se va gloria.
Matamos un poco el rato por un aeropuerto entretenido aunque es pequeño y con puntualidad llegamos a Barajas. De ahí ya sólo queda el bus a casa, en el que aprovechamos para dormir un buen rato. En resumen, un viaje entretenido, recomendable, con una mezcla interesante de cultura y descanso y con un presupuesto que ha rondando los 750 euros. Próximo destino, Holanda en agosto.
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