DÍA 2. 18 DE JUNIO. SAN JULIÁN
Nos levantamos a las 10.00 después de un sueño reparador, y nada más salir a la calle en busca del desayuno nos percatamos del calor que nos espera. Marca ya 30 grados a esas horas, y se hace un poco pesado, a pesar del frío que hemos soportado este invierno. Compramos desayuno para hoy y mañana en un pequeño supermercado y nos vamos a la piscina, ya que toca día de relax.
La piscina es muy grande (de hecho son dos), nos pegamos un baño, nos ponemos un rato al sol y a comer, esta vez pollo asado en un garito muy cercano al hotel. Es una zona llena de restaurantes, bares y demás, así que no te falta de nada. Por la tarde, decidimos hacer una pequeña incursión hacia la capital del país, La Valetta, cogiendo un bono de bus para toda la semana al irrisorio precio de 12 euros. En apenas media hora llegamos a la estación de la ciudad, situada junto a una gran fuente de un Tritón en una rotonda.
La primera impresión de La Valetta es espectacular, con una entrada amurallada enorme que está en plena reconstrucción. La ciudad no es muy grande (tiene como un kilómetro de largo), pero rezuma historia por todos los rincones. Visitamos a la catedral de San Juan, el Palacio y recorremos sus empinadas calles hasta el fuerte de St Elmo, con unas vistas espectaculares.
Pasamos allí la tarde haciendo fotos por aquí y por allá y regresamos a cenar a San Julián. Por diez euros persona puedes cenar muy bien en gran variedad de restaurantes, sobre todo italianos. Malta, al menos así me lo parece a mí, es un país cuyos habitantes parecen medio italianos medio árabes, por sus rasgos, pero curiosamente hablan inglés por el pasado colonial (también maltés, claro, que suena algo a árabe). Una curiosa mezcla.
Nos levantamos a las 10.00 después de un sueño reparador, y nada más salir a la calle en busca del desayuno nos percatamos del calor que nos espera. Marca ya 30 grados a esas horas, y se hace un poco pesado, a pesar del frío que hemos soportado este invierno. Compramos desayuno para hoy y mañana en un pequeño supermercado y nos vamos a la piscina, ya que toca día de relax.
La piscina es muy grande (de hecho son dos), nos pegamos un baño, nos ponemos un rato al sol y a comer, esta vez pollo asado en un garito muy cercano al hotel. Es una zona llena de restaurantes, bares y demás, así que no te falta de nada. Por la tarde, decidimos hacer una pequeña incursión hacia la capital del país, La Valetta, cogiendo un bono de bus para toda la semana al irrisorio precio de 12 euros. En apenas media hora llegamos a la estación de la ciudad, situada junto a una gran fuente de un Tritón en una rotonda.
La primera impresión de La Valetta es espectacular, con una entrada amurallada enorme que está en plena reconstrucción. La ciudad no es muy grande (tiene como un kilómetro de largo), pero rezuma historia por todos los rincones. Visitamos a la catedral de San Juan, el Palacio y recorremos sus empinadas calles hasta el fuerte de St Elmo, con unas vistas espectaculares.
Pasamos allí la tarde haciendo fotos por aquí y por allá y regresamos a cenar a San Julián. Por diez euros persona puedes cenar muy bien en gran variedad de restaurantes, sobre todo italianos. Malta, al menos así me lo parece a mí, es un país cuyos habitantes parecen medio italianos medio árabes, por sus rasgos, pero curiosamente hablan inglés por el pasado colonial (también maltés, claro, que suena algo a árabe). Una curiosa mezcla.
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