DÍA 7. 23 DE JUNIO. DE SLIEMA A MELLIEHA
Hoy toca cambiarnos de ciudad, hacia el oeste de la isla, a la ciudad de Mellieha. Tras desayunar y hacer el equipaje, cogemos de nuevo el autobús, que en 40 minutos nos deja en la puerta del hotel Maritim Antonine Hotel y Spa. Es un hotel caro, 84 euros, pero hace honor a sus 4 estrella con tres piscinas, un desayuno muy bueno, grandes vistas y buenos restaurantes, además de una habitación grande y cómoda. Lo único bueno, que el aire acondicionado no enfría demasiado y que los ascensores tardan mucho mucho en llegar.
Tras registrarnos y comer en el restaurante italiano del hotel, nos vamos a pasar la tarde a la piscinas muy relajados. Después nos cambiamos y andamos cuesta abajo durante 1,5 kilómetros hacia la playa, donde hay parte de arena. El pueblo no es muy grande, pero tiene una iglesia espectacular, un refugio de la Segunda Guerra Mundial y playas con un agua limpísima.
Tras cenar, vamos a la habitación a ver el España-Nigeria de fútbol de la Confederaciones, ya que en los bares, incomprensiblemente, echan un amistoso Inglaterra-Irak. En fin..., el pasado colonial. Y eso que Malta está lleno de españoles, turistas y jóvenes que buscan un empleo y aprender inglés.
Hoy toca cambiarnos de ciudad, hacia el oeste de la isla, a la ciudad de Mellieha. Tras desayunar y hacer el equipaje, cogemos de nuevo el autobús, que en 40 minutos nos deja en la puerta del hotel Maritim Antonine Hotel y Spa. Es un hotel caro, 84 euros, pero hace honor a sus 4 estrella con tres piscinas, un desayuno muy bueno, grandes vistas y buenos restaurantes, además de una habitación grande y cómoda. Lo único bueno, que el aire acondicionado no enfría demasiado y que los ascensores tardan mucho mucho en llegar.
Tras registrarnos y comer en el restaurante italiano del hotel, nos vamos a pasar la tarde a la piscinas muy relajados. Después nos cambiamos y andamos cuesta abajo durante 1,5 kilómetros hacia la playa, donde hay parte de arena. El pueblo no es muy grande, pero tiene una iglesia espectacular, un refugio de la Segunda Guerra Mundial y playas con un agua limpísima.
Tras cenar, vamos a la habitación a ver el España-Nigeria de fútbol de la Confederaciones, ya que en los bares, incomprensiblemente, echan un amistoso Inglaterra-Irak. En fin..., el pasado colonial. Y eso que Malta está lleno de españoles, turistas y jóvenes que buscan un empleo y aprender inglés.
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