lunes, 2 de mayo de 2011

PORTUGAL 2011 (3ª PARTE)

DÍA 3. 23 DE ABRIL. BRAGA (PORTUGAL)

Nos levantamos a las 9 de la mañana, hacemos las maletas y nos vamos a desyunar a una cafetería que está a unos 200 metros del hotel y donde se te hace la boca agua viendo todo lo que tienen allí para degustar. Nuevamente desayunamos los dos por apenas 3 euros, y es que el café aquí vale 0,80 cèntimos si es taza grandes, y los pasteles, de todo tipo, los venden a 0,80 (aquí pueden llegar a los 2 euros). Comprobamos de nuevo que Portugal en lo que se refiere a comida es más barato, aunque hay cosas como la ropa que tampoco hay mucha diferencia y sí la hay en la gasolina, en el país vecino es bastante más cara, a 1,64 euros el litro de la del 95, que ya está bien. Por lo que vi, el tabaco es un pelín más barato y el transporte parecido también.


Desayunamos, hacemos el check out en el hotel y cogemos rumbo a Braga, situada a 53 kilómetros de Oporto. Salir de la ciudad no es nada difícil, ni tampoco llegar a Braga. El tema es que no tenemos GPS y buscar el hotel a ojo nos cuesta un buen rato. Hay varias entradas a la ciudad y no sabemos cuál coger, pero preguntando, preguntado, se llega a Roma...


Llegamos por fin al Hotel Basic Braga, situado al lado de la estación de tren de Braga. A 41 euros la noche también, sin incluir desyuno ni el parking, que cuesta 5 euros por día (bastante barato). El hotel es nuevo, tiene unos tres meses, y la habitación nos sorprende porque es muy grande y confortable, aunque parece todo diseñado del Ikea.

Al estar tan bien situado, en 5 minutos andando estamos en el centro histórico de Braga, en la conocida como Porta Nova, cerca de la catedral. Damos un paseo y vemos una ciudad pequeña, bonita y muy comercial, llena de tiendas. Además, muchas de las calles soj de adoquín, como en Oporto, lo que le da un toque mágico a Portugal.


Braga es famosa por su procesión de Semana Santa, pero hemos llegado un día tarde, es el viernes. Le preguntamos a un camarero en el local donde comemos y el hombre se deshace en explicaciones sobre cómo son allí las celebraciones religiosas. Nos saca folletos y folletos, una pasada las explicaciones que nos da.


Aprovechamos para ver la catedral (es preciosa por dentro) y la ciudad, hacer unas compras y tomar algo por el centro después de comer. Es una pasada que en la terraza más céntrica de la ciudad una caña de cerveza y un refresco cuesten 2,35 euros, casi no nos lo creemos. Hoy decidimos cenar una pizza (aunque la comida en Portugal es excelente) y nos vamos a descansar al hotel, que mañana queremos visitar la cercana Guimaraes.

1 comentario:

Camila dijo...

No he tenido la posibilidad de ir a Portugal y me han hablado muy bien de ese país. He estado en España pero no he decidido a cruzar la frontera y llegar a Portugal. He viajado mucho y conocido muchas ciudades de toda Europa. Vengo de hospedarme en un hotel barato en venecia que me ha permitido viajar en las típicas góndolas y disfrutar de muy bonitos paseos